Diario de León

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D escolgó el teléfono y una voz en perorata inició su ducha: Buenos días, mi nombre es Yóselin Martínez y llamo en nombre de Vodafone... eh, eh, alto ahí, interrumpió el usuario, no creo que me interese lo que vaya a decirme y además... pero siguió en su carraca la tal Yóselin iniciando el pormenor de ofertas al parecer irrenunciables: tenemos un plan de conexión doble... eh, eh, oiga, le estoy diciendo que ni puedo atenderla y aún menos comprarle la zanahoria o el palito dorado con que pesca... perdón, señor, pero seguro serán de interés las nuevas condiciones que le ofrece el... no hubo modo, la lorita estaba activada y su carrete no tenía fin, así que el usuario rompió en voz para atajar el asalto de una vez: mire usted, señorita -y no sé si por llamarla señorita la estaré ofendiendo-, daremos por terminada aquí esta llamada y eso nos beneficiará a los dos ahorrándonos perder un tiempo que en mi caso es valioso y supongo que en el suyo también y, así, ya podría estar usted con otro ataque vendedor al incauto que se deje... y como estoy trabajando, ya me hubiera gustado que entrara usted a mi oreja disculpando la irrupción y rogando al menos el favor de atenderla, pues esa entrada comercial tan agresiva y carente de la mínima cortesía (por favor, que vuelva una clase de Urbanidad a la enseñanza) seguramente me hace perder tarea y a usted ganarse el tíulo de antipática, entendiendo que no tiene ahí mayor culpa y que es una esclava de los objetivos que le marca su jefe, pero le ruego que le transmita a él o al negociado impertinente que se atengan a la primera y más elemental regla comercial que exige una mínima cortesía, un buen tono (que sin duda usted lo tiene) y amabilidad... hasta deberían hacernos algo la pelota como lo ordena Richard Gere en Pretty woman, esa archipelícula que toda mujer ha visto al menos cinco veces... de este modo les iría mucho mejor su negocio pelma y grosero... entonces, la Yóselin muda, o aturdida por su misma medicina, dijo «pues se lo reportaré, señor»... ¿reportaré?... ¡mecagüen el verbo reportar, puta moda!... y colgó hartito.

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