Diario de León

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Es triste, muy triste que un gobierno haya que tenido que cambiar la legislación para recordarle a una sociedad que los animales, en este caso las mascotas, no son cosas, o mejor dicho, muebles inmuebles, y que por lo tanto no deben ser tratados como tal en casos de herencias, embargos o procesos de divorcio, donde el parecer el menos común de los sentidos, como decía Sabina, dejaba al ‘mejor amigo del hombre’ al mismo nivel que a una vajilla, un sofá o un televisor. Vamos avanzando.

Ahora estamos en condiciones de asimilar la nueva Ley de Protección animal que prepara el Ministerio de Derechos Sociales, una nueva norma con la que se trata de frenar la insoportable realidad del abandono animal en España que arroja la escalofriante cifra de las 300.000 mascotas, entre gatos y perros, que cada año son dejadas a suerte por sus dueños.

Somos muchos los que aplaudimos algunas de las medidas que se contemplan en este proyecto de Ley, como por ejemplo la prohibición de vender mascotas en las tiendas, lo que acabará con su exposición en los escaparates, la prohibición de emplear a fauna salvaje en los circos, la eliminación del listado de canes potencialmente peligrosos y establecer un registro de personas inhabilitadas para tener animales de compañía. Esto último sí que me parece una buena idea, ya que siempre he creído que no hay perros peligrosos, si no que la peligrosidad, la temeridad y la incompetencia está más bien en quien lleva en su mano la correa.

Hay otro de los aspectos a aplaudir. El anteproyecto de ley de protección y derechos de los animales quiere acabar con la injusticia que supone que en unas comunidades autónomas se acabe con la vida de los animales que son abandonados, mientras que en otras se rijan por el principio del sacrificio cero.

Por eso, se pretende crear un marco común que ponga fin a las disparidades que propicia la existencia de 17 leyes autonómicas diferentes y se imponga la igualdad y la penalización para todo aquel que mate a una mascota sin justificación.

Otras medidas me parecen un poco exageradas, como por ejemplo la obligación de esterilizar a las mascotas si conviven varios ejemplares de distinto sexo o la prohibición de dejarles solos más 24 horas o la imposibilidad de tener. Tampoco habrá que pasarse.

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