Olor de cuna

A ntes de que el 15 descuelgue su obra en la sala Bernesga tendrás que darte ahí, querida amiga, un baño de colores que abrigan en estampas de quietud inquieta con nieve fuera y lumbre dentro, frior crudo que pide leche ardiendo... y te perfumarás la memoria con el pulso del invierno que se tumba en montes babiecos o chacianos haciéndose el muerto y tapando su promesa de primavera a la que siempre rezas para que no tarde.

Sabes que hay quien paga por aprender bordando en academias y quien no deja de aprender para pagar las deudas con su origen y con sus sueños, que eso es lo único honrado, escapando de la frecuente tentación de divinizarse en el pincel que se cree que crea lo ya creado. Digo Manuel Sierra como si digo la exaltación de lo sencillo destapándole la grandeza que encierra. En esta exposición Sierra vuelve a insistir (insistir no es repetirse) en viejos sentimientos siempre nuevos cuando salen de su cartapacio, ese útero de emociones primegenias, las del color del nido, las del calor del recuerdo, las del nacer renaciendo al revolver la memoria. Volver a donde se nace. Y resucitar a cada momento. No necesitarás más que tu propio instinto para asomarte a las ventanas que te va abriendo esta muestra, que si bien la tituló « Nieve », la subtitularás tú  Olor de cuna  al darte cuenta de que esta pintura de Sierra no es sólo calor y color de frior, sino olor, huele a ti y al origen que olvidas.

Y después irás de esa cuna a la cama vacía que llena la portada del último libro de poemas de Isidoro Álvarez Sacristán,  El sueño huido ... búscalo y hallarás la letra honda de cadencia y aldabón que pide la música de estas tardes oscuras:  Tengo frío. El frío de los inviernos cansinos, de las nevadas, de la distancia, de la familia helada de los ritos. Frío de la desilusión de los compinches ...  un frío preñado de carámbanos que cortan el aire de la camaradería ... Hazlo, sabes que si este hoy anda rabiado o en intemperie, sólo tendrás cabaña en el arte y la poesía. Enciende lumbre y siéntate ahí; esa es la luz buena... y déjate de tanta bombillita.