Diario de León

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El señor Cayo y su disputado voto se parece un poco a las figuras de los Belenes. Cada cuatro años retorna del trastero y es desenvuelto para ocupar la estancia central. En esta campaña dispara sus citas por aquello de que la España Vaciada se cuela con facilidad en cualquier argumentario. Parece que todos se acuerdan del santo patrón de los pueblos despoblados que tan bien retrató Miguel Delibes. Aunque entre cita y cita se asoman pistas sobre que el conocimiento general de la obra no llega por su lectura, más bien por una madrugada viendo en La 2 una película probablemente mejorable.

Lo curioso es que se rodó en 1986, justo ocho años después de que se publicase por primera vez el libro, probablemente animado por las turbulencias de una Transición que intentaba pasar página. En aquel 1978 —año de la Constitución— ya había pueblos con un solo vecino, como el burgalés del señor Cayo, y también muchos sin nadie desde tiempo atrás, como bien saben en sitios que forman parte de lugares no tan remotos como el propio municipio de Ponferrada.

Son enclaves que quizás definan mejor que nada la importancia de las comunicaciones. El vendaval de la despoblación asola hoy incluso a las grandes ciudades, al menos con un envejecimiento que se constata en estadísticas tan claras como las entradas de peques en los colegios. Aunque el origen es mucho más remoto de lo que parece, especialmente en esos sitios que no llevaban a ninguna parte. Ejemplos pueden ser la ruta de Foncebadón, a la que arrebató el protagonismo el Manzanal, o ese Riaño que empezó a desangrarse hace más de un siglo, cuando el paso por Pajares le restó vigencia como vía central para salvar la Cordillera Cantábrica. Cabrera o Ancares también fueron pioneros en un fenómeno que amenaza a una parte muy amplia de España y que, con un poco de perspectiva, igualmente se extiende a zonas extensas de Europa.

Escuchar los intercambios de culpas resulta curioso. Quizá habría que ahondar en las raíces del asunto y contemplar que las primeras fugas masivas hacia los territorios vascos o catalanes, que fueron privilegiados durante la dictadura, proceden de aquellos tiempos tan primitivos. Lo peor es que los expertos en demografía dicen que ya sólo queda poner parches para intentar aplazar una sangría a la que se combate tarde. Delibes narró los sinsabores del éxodo rural para progresar en El Camino ... en 1950.

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