Editorial | Medidas necesarias pero marcadas por las dudas sobre su eficacia

El plan anunciado ayer por Pedro Sánchez, y que aprobará el Consejo de Ministros, llega marcado por la incertidumbre. En primer lugar, por su parafernalia propagandística. Los problemas que desequilibran hoy la economía, disparan los precios y amenazan el empleo y la viabilidad de cientos de empresas van mucho más de los efectos de la guerra. Desde hace semanas se intenta desde el Ejecutivo PSOE-Podemos focalizar la grave crisis en esa pugna bélica derivada de la agresión a Ucrania por parte de Rusia. Pero las cosas vienen de más atrás y plantean muchos más frentes, incluidos los derivados de un conflicto del transporte que no ha terminado de cerrarse del todo.

Los partidos de la oposición se han mostrado cautelosos. Es lo lógico cuando una vez más se les mantiene al margen, sin facilitarles información de primera mano —como debería ser la actuación lógica en un sistema democrático y plural— antes de los anuncios del aparato mediático. Y de momento, ya destacan que se detecta una grave contradicción, que deriva en un vacío notable. Hace no tantas jornadas, Pedro Sánchez se comprometió con las autonomías en la Conferencia de Presidentes a poner en marcha una rebaja de impuestos. Pues en este plan anunciado parece que ya se ha quedado en el olvido. Con tantos vaivenes es comprensible que se extienda una falta de confianza, entre otras cosas porque los precedentes de planes de emergencia para hacer frente a crisis no han sido precisamente un ejemplo de eficacia. Una circunstancia que puede comprobarse con un repaso a la reciente historia de España.

Al final es previsible esa sensación de desazón que dejan este tipo de anuncios políticos. En el marco de Castilla y León ayer fueron muy claras las voces críticas hacia la inacción. Hacia esa paralización administrativa derivada del retraso en la investidura de Alfonso Fernández Mañueco. La situación es dañina y, entre otras cosas, está pendiente la puesta en marcha de los fondos europeos de reconstrucción. El nuevo gobierno de la Comunidad no puede retrasarse por más tiempo. Vox pone evidencia que está actuando con trampas y priorizando objetivos alejados de la responsabilidad que le fue otorgada por las urnas.

,Texto

+Texto

GTexto