Diario de León

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E l almanaque gregoriano nos ha privado este año de presentarnos como el pueblo leído que convierte en festiva la jornada en la que enterraron a Miguel de Cervantes. Pardiez, qué contrariedad. El día de la comunidad, que en el caso de caer entre semana alienta a Ikea a pagar el peaje a los leoneses que miran al norte cuando quieren decorar la casa como el plató de First Dates , habría pasado como un sábado intrascendente si no hubiera sido por los esfuerzos de los políticos en recordarnos que no había qué celebrar. Ni siquiera que fuese inhábil porque ya lo era. Nada que nos aludiera en una conmemoración, localizada en la campa de Villalar, que nos representa tanto como la tomatina de Buñol o el Día del Pene, que en Japón se data a la vuelta de la esquina, este próximo martes. Pero nos enteramos por el empeño del nuevo presidente de las Cortes, el leonés Carlos Pollán, en publicitar que no iría «por decisión personal», cuando en realidad se trataba de una estrategia unitaria de Vox, como exhibió su líder autonómico para seguir con el postureo de oposición al autonomismo, mientras controlan la fundación que reparte un millón de euros al año para construir de manera artificial una identidad regional imposible. A su rebufo, todos los representantes leoneses de los partidos se apresuraron a confirmar que no irían, por si alguien les colocaba la letra escarlata, como si no fuese suficiente la disciplina de voto con la que refrendan el castigo a esta tierra en las decisiones estratégicas, tanto en Valladolid como en Madrid.

Sin ningún político leonés en la campa que se hiciera fotos con la pañoleta al cuello para colgarlas en sus redes, nos habíamos olvidado incluso de que era fiesta. Después del último hachazo del Padrón, que descuenta otros 3.840 habitantes a la provincia, la segunda que más pierde en porcentaje de toda España por detrás de Zamora, la jornada sin festivo se nos hacía bola. Por si decaían los festejos, la ministra socialista de Política Territorial envió un vídeo de felicitación por el logro de una comunidad que «ha sabido asumir la singularidad de sus provincias y territorios en una identidad común que se asienta en valores universales y un legado histórico, artístico y natural de extraordinario calado». Entonces lo entendimos. No hablaba de León. Nosotros celebrábamos el Día del Libro.

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