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Editorial | Una ruptura anunciada que no tendrá a corto plazo consecuencias

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La carrera hacia las elecciones locales de la próxima primavera empiezan a generar movimientos que tampoco deben sorprender. Todos los partidos que apuntalan gobiernos suelen marcar distancias, con tiempo ya que es conocido el efecto ‘fagocitador’ que tienen los que acaparan los ‘focos’ desde el poder.

En la Unión del Pueblo Leonés se apostó por repetir el guión ya puesto en marcha en otras ocasiones por el papel de partido bisagra que alcanza cuando consigue una representación suficiente. Durante este último mandato ha sido el soporte para el gobierno de la Diputación del socialista Eduardo Morán y para el municipal de José Antonio Diez en la capital. Pero ahí es donde se genera otro de los problemas de partidos como la UPL, que se convierten en formaciones de aluvión, dispuestas a integrar en sus filas a todo el que aporte una bolsa de votos o de poder. Con esa coyuntura hace tres años pactó en la Diputación aupando al histórico líder agrario, al siempre díscolo y también excargo del PSOE leonés, Matías Llorente. Todo se ‘maquilló’ en su momento con un pacto firmado por el entonces número dos de los socialistas a nivel nacional, José Luis Ábalos (también ministro de Fomento). El listado de compromisos no sorprendía a nadie, puesto que se basaba en las deudas históricas que tiene el Gobierno central con esta provincia. Tras años después, la foto fija de 2022 aleja demasiado la realidad de esos compromisos. Por ello, parece fácilmente justificable la ruptura de este acuerdo en la Diputación, generando también de manera inducida una complicada situación para el grupo municipal de concejales de UPL en León, ya que se trataría de seguir respaldando el mismo partido al que se rechaza a pocos metros en la Diputación.

Ayer se puso en escena el conflicto interno que viven los leonesistas. Tienen un evidente problema de disciplina con un representante en la Diputación que es un ‘verso suelto’. A nadie puede sorprenderle. El problema es que hace poco tiempo, el 13-F, la UPL logró un resultado electoral histórico al ser la fuerza más votada en muchos municipios, incluida la capital. Todo queda ahora en posición de ‘jaque’.

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