Diario de León

Creado:

Actualizado:

Qué demoliciones tan guapas, qué bello instante trepidante, qué bonito brrrroom abatiendo a gigantes y sepultándolos bajo una gran nube de polvo. Es tan sólo un rato, pero el espectáculo es grandioso, colosal, y sorprende que aquí no hayan sabido aprovecharlo. Si se hubieran anunciado y organizado en fin de semana las sucesivas demoliciones dictadas a las térmicas de Compostilla o La Robla , (insensatez que tantísimo nos entristece aquí), el tirón turístico habría sido imponente en un tiempo de sélficos, instagramos y tiktás que viajan y pagan por hacerse foto en sitios tremendos o catástrofes en directo. Nos faltó un «pasen y vean», hotel y barra, pues ver una chimenea de 200 metros tronzándose por la barriga con un cinturón de trilita (tal cual hace el islamista suicida) y tumbándose finalmente de bruces con brutal estrépito para escupir al cielo cascote y polvareda, es algo que no tiene precio en este tiempo de mirones de sana curiosidad o de insano vicio. Una pena, tú, haber perdido la ocasión. Espabila para la próxima, si es que te queda algo por abatir.

Ahora que reenchufan por media Europa sus térmicas y se ponen a levantar nucleares cagando tariles, admira que aquí se hayan dado tan sospechosa prisa y tantísimo gasto (lo único que importó) en demoler los últimos vestigios del gran sueño negro que durante siglo y medio narcotizó a León y lo devoró, aunque aún le valga a la literatura para acunarlo en épica sentimental o tragedia inútil; y museándolo además, manda carallo, dice un viejo minero que vino de Orense a picar en Brañuelas y aquí radicó; y el cual se pregunta cuánto nos habríamos ahorrado ahí aplazando esta ejecución para destinarlo a lo urgente, ahora que pintan bastos y espadas... ¿sólo les valió demoler y cobrar?... ¿y si no, qué?... pues dejarlas en pie para que el tiempo fuera dándoles sus lentos mordiscos y prolongar su espectáculo aleccionador siendo un museo vivo del crimen ambiental que un día fueron y de las toses silicóticas que ardieron en esas basílicas de Santa Kilovatia Térmica, nada virgen y hoy mártir.

tracking