Diario de León

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Lo patético de la rocambolesca candidatura con la que León dice que pretende optar a la sede de la Agencia Espacial Española no son tanto los despropósitos que escupen desde fuera (sin piedad, sin tacto, sin sonrojos) como la falta de espíritu con que se apechuga con todo desde dentro. No falta músculo, fofete a fuerza de no usarlo, sobra indolencia. Sinceramente, ¿alguien cree en las posibilidades locales, que sin duda las hay? Entonces, ¿no habría que preguntarse si lo que realmente trasciende de todo este choteo es que no se quiere asumir el reto de tener un organismo así? A pesar de que la agencia será al principio una oficina con unos operarios, que ya si eso irá creciendo en importancia y proyectos. Vamos, que nadie va a instalar en el alfoz Cabo Cañaveral. Con la pereza que parece que eso da a los próceres locales.

A la espera estamos de la presentación del proyecto. Iba a ser esta semana, ahora ya la siguiente... El lunes expira el plazo y las propuestas se multiplican, unas con más fundamento que otras. Todas en liza.

Lo que está claro es que la salomónica postura de la Junta en la parte que le corresponde debilita la candidatura leonesa, y alguien tendrá que responsabilizarse de eso. Si se reclama como corresponde, claro. Apoyar a todos y no cumplir la exigencia de priorizar marcada por el Gobierno es echar tierra sobre las opciones de la ciudad, digan lo que digan desde la Junta. Y lanzar la pelota al tejado del Gobierno no es la respuesta al manifiesto desinterés, reiterado en las últimas semanas, por un proyecto que como mínimo se traduciría en ilusión para esta tierra. Y no es una vitamina que aquí sobre, precisamente.

El silencio y la tibieza de los presuntos interesados locales, el Ayuntamiento y la Universidad sobre todo (aunque se ha echado en falta un respaldo alto y claro de todos los agentes sociales, económicos, empresariales,...), son la evidencia de la debilidad permanente de cuanto no nos sucede. ¡Hasta los propios alumnos podían haber movido su culo, en el caso de que se hayan enterado de lo que se cuece!

No se admiten más mocos. Ni más histriónicos sucedidos entre alcaldes vallisoletanos y leoneses que sólo tienden puentes a la tontuna más desafortunada, con disfraces más desgastados que los de las justas del Passo Honroso. El hartazgo general, por callado, sigue mereciéndolo.

Sólo un apunte. Las sedes, los proyectos, el futuro, no nos los dan, tenemos que ganarlos. Ahí está el deliberadamente ignorado quid de la cuestión...

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