Lengua con filo
Trinchera es también la boca si uno se empeña en usar de munición palabras que el otro no comprenda, otra lengua, amén de otro pensar. Ya es obvio que en Cataluña y Baleares la lengua se hizo bayoneta. Sócrates cree que si un diputado catalán usa su lengua en las Cortes, es gesto legítimo de normalización, pero su señoría sabe que el 90% de la cámara apenas le entenderá y nunca alcanzará al matiz o sutileza que se espera en el discurso del político sagaz. Es decir, si sabe que el no entender es puerta del no entenderse, ¿a qué insistir y repicar? ¿Qué tal si hablamos una sola lengua cuando se trate de palabras mayores o de asuntos graves a fin de ahorrar equívocos y no hablar a las tapias?...
Después le tocó al valensiá ganar sus batallas de reconquista desde instituciones gobernadas hoy por una izquierda reeditada que saca viruta del antiespañolismo creciente (y algo lógico) tras tantas décadas de mangancia nacional en la gobernación de sus cosas. Incluso atizan allí guerras ajenas como la del asturianu o el lleunés . Saben que este tiempo es el mejor para reeditar la nación, el cantón, la frontera... y si se tiene una lengua, no hallarán arma mejor. A la gente le narcotiza creerse diferente -y, por ello, independiente- por dos razones: para sentirse no inferior y para que no le toquen sus privilegios, aunque a menudo es para inventárselos. Tan sólo por tener una lengua o dialecto hay quien se tiene ya por muy distinto y es entonces cuando convierte su vocabulario en lengua con filo. Muchos catalanes, por ejemplo, trabajan hoy muy airados por ver al español erradicado, proscrito; lo anhelan desde cuando el catalán se erradicaba o se proscribía, algo que alentó esa furia indepe civil que ahora reluce eufórica y huele demasiado a revancha, tan idéntica en necedad y dictadura. Ante este paranorama de gresca lingüística inacabable, ¿no es de celebrar que desaparecieran las treintaidós lenguas ibéricas que había en España cuando llegó Roma y vio que era demasiado fácil conquistar a quienes no se entendían, cada cual hijo de su habla y de su ombligo?...