Diario de León

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Hoy es lunes y aquí les va mi columna del martes, pues he de arreglar un gazapo del viernes. «Aliquando bonus dormitat Homerus», le dijo Carrasco a don Quijote. O sea: «en ocasiones, el buen Homero se duerme». O sea, hasta él se despista. Escribí que uno de los grandes actos culturales del año, el diálogo cervantino entre el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, y el académico-escritor José María Merino, tendría lugar hoy en la Fundación Sierra Pambley. Hoy será, sí, a las 19,30 horas, organizado por la Academia de las Artes, las Ciencias y las Letras… pero en Botines. Discúlpenme los organizadores, los dialogantes y ustedes. Estuve todo el día en un ay, mísero de mí, ay infelice. De madrugada aún seguía con la rayadura. Lo más duro fue el monólogo interior de cama. «¿Por qué lo escribí?», me repetía en letanía. Y venga a meterme a mí mismo el dedo en el ojo, ay. Traté de restarle drama: «Los edificios están entre sí a tres minutos andando, a dos en rucio». No hubo perspectivismo que valga. Rememoré: «Por mi boda, en la redacción me regalaron un diccionario de la RAE en dos tomos, que tengo siempre cerca, y un aparato de video moderno que debe de estar ya en el museo de Atapuerca». Fue inútil, no hubo sentencia exculpatoria. ¿Qué hora será?, me iba preguntando. De niño, cuando me despertaba por la noche, volvía a dormirme escuchando la melodía que mi padre aporreaba sobre su máquina de escribir. Otro insomne. Volvió a funcionarme, no hay mejor canción de cuna que un grato recuerdo.

Supongo que el punto de partida del diálogo será el Cervantes (Crítica), de don Santiago, una gran monografía que -intuyo- estas navidades va a obsequiarse mucho, pues contiene varios libros en uno. La he disfrutado, pese a que discrepo de alguna afirmación y de una omisión. Por ejemplo, es magistral la claridad y amenidad con la que explica el contexto jurídico/social en el que se mueven los personajes. También, les recomiendo regalar y regalarse A través del Quijote (Reino de Cordelia), de Merino, repleto de gracia cervantina.

«La noche me confunde», dijo el pícaro Dinio. Y a algunos, también el día. Disculpas, pues, por mi error. Y ahora sí, nos vemos en esta tarde cervantina… pero en Botines.

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