Diario de León

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Una bellota es un quercus encriptado, es decir, dentro de ella va escrito un futuro roble, una encina, un quejigo o un alcornoque, árboles de gran fuste, el lema de la robustez. Y con cuarentaicinco bellotas se puede ir prometiendo un acogedor bosquete donde refugiarse de solaneras o chaparrones. Quercus . Las poderosas ramas de su bóveda son arbotantes góticos al revés, la teoría inversa del cielo que con las agujas de sus catedrales vegetales penetra y fecunda la tierra haciéndose raíz para salvar al mundo... porque sin árboles no hay paraíso y sólo existiríamos si evolucionásemos a rumiantes... paisaje pobre, qué mal.

Aquí por símbolo solemos preferir al roble, lo que abunda, aunque en su día la encina pisó más de la mitad de toda la tierra que alcances a ver desde el Teleno o Peñasanta. El roble, además, es con quien nos medimos la salud. Todo un emblema. Y con cuarentaicinco bellotas (que diría son de roblón albar) ha aparejado un precioso libro-bosquete titulado « Bellotas » Choni Carrizo , a quien titulamos agitadora cultural por lo mucho que tiene que ver en el bullir inquieto de La Virgen del Camino en las últimas décadas. Y cada bellota es ahí alguien que aporta una foto de guagín y sus recuerdos infantiles. De los nombres que desfilan en sus páginas los hay muy conocidos, algo conocidos y desconocidos. Eso es bueno porque así se descubren tipos grandes y mujeres de descubrirse que ni imaginamos. Son nombres de aquí o cerca y algunos de lejos, pero el relato de todos es espejo en el que sin duda nos veremos reflejados algo o bastante, así que este libro se torna de amenísima lectura, esconde algunos asombros y nos demuestra una vez más que la única patria del hombre es la infancia . Gran trabajo va en este retablo, el de una batalladora contra el cáncer y el suyo, así que ahí veo a Choni en gran roble. Y un dato además: los beneficios del libro irán la Asociación contra el Cáncer y a la fundación del obispo Castellanos, por lo que tengo la certeza de que el lector lo comprará. Y vaya si lo agradecerá. Créame, es un billete a su propia patria.

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