Ni sacerdotes, ni vocaciones, ni fin del celibato
La Iglesia en Castilla —sin contar con la provincia de León— pondrá en marcha un itinerario de tres años para replantear la renovación del estilo pastoral y las estructuras evangelizadoras de las diócesis, la luz de la reflexión sobre el contexto sociodemográfico y eclesial. En este contexto, y pese a excluir a dos de las diócesis más importantes de España como son la de León y la de Astorga, los obispados castellanos sufren el mismo problema que los de aquí: no hay relevo. Cuentan con 15 obispos, 1.505 sacerdotes, más de 5.000 catequistas y 3600 religiosos (con casi 1.600 monjas de clausura), pero con tan solo 39 seminaristas (según datos de finales de 2022). Los sacerdotes, con una media de edad de 69 años, se concentran principalmente en la franja de edad de 75 a 90 años y han de hacer frente a 3.761 parroquias de las cuales 3.157 son rurales. Las altas instancias episcopales deberían debatir si el celibato es hoy por hoy una causa real del alejamiento de las vocaciones.