Diario de León

Panorama Antonio Casado

Caso Koldo: tutorial

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U no: Al menos tres ministerios (Transportes, Interior y Sanidad) del Gobierno de Sánchez y dos comunidades autónomas (Canarias y Baleares) gobernadas por el PSOE habilitaron dinero público para la compra de mascarillas gestionada por la empresa «Soluciones de Gestión y Apoyo de Empresas S.L.», de la que ejercía como conseguidor Koldo García «por su relación con autoridades y funcionarios públicos», según reza el informa de la UCO (Unidad Central Operativa) de la Guardia Civil.

Dos: La mencionada habilitación administrativa dio lugar a lo que hemos sabido estos días. Una compra por valor de 52 millones de euros, de los que algo más de 9 («comisiones ilegales», según la Fiscalía Anticorrupción) se fueron a los bolsillos de los componentes de la trama organizada en torno al conseguidor. O sea, el mentado Koldo García, mano derecha del entonces ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, y además, uno de los activistas de la candidatura de Pedro Sánchez en las elecciones primarias que disputó con la dirigente socialista andaluza, Susana Díaz, por la secretaria general del PSOE, en los idus de mayo del año 2017.

Y tres: Los hechos presuntamente delictivos que atribuidos a Koldo y sus compinches coinciden en el tiempo amargo de la pandemia (2020) con los hechos que, por archivo de las causas judiciales abiertas contra el hermano de Isabel Díaz Ayuso (PP), dejaron de ser presuntamente delictivos, pero nunca dejaron de ser políticamente utilizados contra la presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, cuyo partido acaba de anunciar que se presentará como acusación particular en lo que ya denomina «Caso Ábalos» por no decir abiertamente «Caso Sánchez».

Dos pasos más para completar el marco de aproximación al culebrón que se avecina:

Uno, removamos los dichos elementos de la realidad (proximidad al poder, hechos delictivos y reacción del adversario político). Y dos, pongamos los hechos en contexto. No al de la primavera de 2020, sino al de febrero de 2024. El del ridículo socialista en las urnas gallegas, el choque institucional del Ejecutivo con la Judicatura a causa de la amnistía y el profundo malestar de la Guardia Civil por la insensibilidad mostrada por el Gobierno de Sánchez tras el asesinato de dos agentes en Barbate.

No olvidemos que la dinamita política del caso está en un paciente trabajo de la Guardia Civil. Y que el explosivo viene adosado a figuras del sanchismo oficial tan señeras como las de Ábalos, Marlaska, Torres, Illa, Armengol o el propio Sánchez). Todas huelen a pólvora.

Aquí termina el tutorial que aconseja ir alquilando balcones para la que se avecina.

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