Diario de León

Cuarto Creciente Carlos Fidalgo

La Casa del Turco

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M e cuentan que en la Casa del Turco, la vieja tienda de ultramarinos que estuvo abierta en la calle del Reloj, vendían bocadillos a peseta. Y zapatillas ‘de andar por casa’. Ahora es toda la casa, la más antigua de Ponferrada, la que está a la venta. Y parece que no le faltan novios.

La Casa del Turco, que se ha quedado con el nombre de la tienda que hace cien años abrían en el número 12 de la calle Dominga Carreño y su esposo Manuel Fernández Soto El Turco , es un caserón del siglo XVI, con la fachada protegida, que cuenta con un arco ligeramente apuntado bajo un alfiz de inspiración morisca.

Eso dicen los expertos en arquitectura .

Hacia finales del siglo pasado, el Casino La Tertulia lo compró con la idea de ampliar su sede, pero la obra nunca se llevó a cabo y la amenaza de ruina, especialmente en la solana de madera, les ha obligado a apuntalar el interior del inmueble que ahora se ha puesto a la venta.

El número 12 de la calle del Reloj, quizá la más turística de Ponferrada, lugar de paso obligado entre la plaza del Ayuntamiento y la plaza de la Encina, camino del Castillo, es un lugar apetecible para cualquier negocio. Los sabía muy bien El Turco ; así le llamaron, y adoptó el apodo orgulloso, porque en una ocasión se puso un sombrero oriental que alguien que venía de los Carnavales en el Teatro Principal se había dejado olvidado en el bar que tenía junto al Ayuntamiento. Lo sabía muy bien, sí, cuando hace cien años abrió en la calle del Reloj la mítica tienda de ultramarinos donde los bocadillos, en el momento de su cierre a principios de los años ochenta, valían una peseta.

Así que no se extrañen si dentro de unos meses, o quizá algo más, ven abierto un restaurante en la Casa del Turco, o un pequeño hotel con spa , o un edificio de apartamentos turísticos, o una vivienda de lujo en pleno casco antiguo.

Hagan lo que hagan, en cualquier caso, uno cuenta con que los futuros propietarios respetaran la Historia. Dejarán la fachada intacta, con su arco ligeramente apuntado bajo un alfiz que recuerda a la arquitectura de los moriscos. Y si tienen buen gusto, le pondrán al restaurante Casa del Turco, o permitirán que el Ayuntamiento coloque una placa para recordar que allí se vendieron tantas cosas que ya no caben en la memoria popular.

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