Diario de León

TRIBUNA

Jesús Martín Ramos
Doctor en historia

León y los visigodos (siglos V-VII)

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Los primeros pueblos bárbaros que se asientan en Hispania fueron los suevos, vándalos y alanos. Lo hicieron hacia el año 409. Los últimos generales romanos para defender la Península Ibérica de estos invasores, firmaron un pacto con los visigodos (Constancia-Valia, en 416), que se habían afincado en Tolosa (Sur de Francia), para que les sirvieran como auxiliares del ejército. Así encontramos, por primera vez en el año 468, al pueblo godo que dirigido por Eurico, se situarían al principio en la Meseta. Las fuentes de estas oscuras fechas de la Historia de España, parten de las obras: Crónica de Idacio, e, Historia de los suevos... de San Isidoro de Sevilla, que han sido estudiadas inicialmente, entre otros, por Sánchez de Albornoz, Vicens Vives y Ortega y Gasset.

La situación leonesa de estos siglos, de los que prácticamente no existen noticias, hay que relacionarla con el reino de los suevos que ocupaban todo el noroeste peninsular (antigua provincia romana de Gallecia) y que desapareció, en 585, al conquistarlo Leovigildo, que fue el gran creador y diseñador del reino visigodo. Su hijo Recaredo, en el III Concilio de Toledo (año 589), se convirtió al catolicismo con todos sus súbditos, mientras que con anterioridad, los suevos lo fueron por San Martín de Braga, fundador del monasterio de Dumio hacia el año 550. Más tarde, San Fructuoso, impulsó el monacato en las tierras del noroeste de Hispania. En estas centurias, los monasterios quedaron emplazados la mayoría de las veces en parajes rurales y remotos, donde los monjes buscaban aislamiento y soledad. El movimiento ascético promovido por San Fructuoso, se extendió desde Braga (Portugal) hacia el Bierzo y otros lugares leoneses que se desconocen, que según José Orlandis, gozaron de una autonomía irregular, independiente de la autoridad eclesiástica, quien nos cita, como un probable monasterio en la provincia, el de San Claudio, pero sin fijar su ubicación. Lo mismo podemos señalar del llamado Castroleón o de Aquis fundado por el rey Wamba. Los monjes de las federaciones de monasterios visigodos se regían por los cánones del concilio ecuménico de Calcedonia del año 451 (Bitinia, junto al mar Negro, hoy Turquía) y por algunos de los preceptos de los concilios hispánicos que continuaron con las directrices de San Fructuoso, hecho que se observa en la provincia de León. Una de las diócesis de la iglesia visigoda en la segunda mitad del VII, estuvo centralizada en Astúrica (Astorga).

Los datos que poseemos de aquellos siglos parten, básicamente, de documentos y restos arqueológicos religiosos, procedentes la mayoría del siglo VII, que han sido hallados en algunas localidades (caso de Compludo, Ponferrada) y que hoy se pueden visitar sobre todo en museos (Arqueológico Provincial, Arqueológico Nacional de Madrid,....). En San Miguel de Escalada (Gradefes), donde se han efectuado diversas excavaciones, se han localizado restos de un posible y primitivo cenobio visigodo. Pequeños y diversos han sido los objetos hallados en la provincia, generalmente de carácter litúrgico, como los que se encuentran en el Britis Museum (Londres) (citado por J. L. Avelló), sin embargo, no así de carácter arquitectónico o necrópolis, salvo rara excepción, como el cancel hallado en Villalis de la Valduerna que se puede ver en la Colegiata de San Isidoro, que presenta decoración vegetal y geométrica similar a la de la orfebrería visigoda que, aprendieron en la Europa Oriental, cuando estuvieron en contacto con el mundo bizantino. En Astorga y Ponferrada se han hallado algunas monedas suevas y visigodas, lo que nos demuestra la existencia de posibles cecas en la región, similares a las que circularon por las tierras de la parte oriental del Mediterráneo. Por ello, el aspecto socio-cultural de la provincia en estos tres siglos es poco conocido.

Otro de los grandes obstáculos para conocer la vida provincial de aquellos lejanos años, es la imposibilidad de saber cuáles fueron los límites de León y sus tierras, lo que obliga a relacionarlos con la actual Galicia, norte de Portugal y con Asturias, cuyas informaciones que poseemos del Principado proceden, casi única y exclusivamente, del inicio de la Reconquista a partir del año 711.

Lo referido obliga a afirmar, que es una triste consecuencia de la inexistencia de investigaciones de mayor profundidad.

La situación leonesa de estos siglos, de los que prácticamente no existen noticias, hay que relacionarla con el reino de los suevos que ocupaban todo el noroeste peninsular (antigua provincia romana de Gallecia) y que desapareció, en 585, al conquistarlo Leovigildo, que fue el gran creador y diseñador del reino visigodo
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