Diario de León
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CORNADA DE LOBO GARCÍA TRAPIELLO

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M e llamo Burlero como aquel toro de la corrida de 1985 en Colmenar Viejo que, tras recibir una soberbia estocada del aclamado torero José Cubero, el «Yiyo», le corneó tan enfurecido el pecho, que le segó el corazón de un tajo y lo dejó muerto allí mismo, en el ruedo, poniendo a todo este país en puro estremecimiento ...

Sensacional. Así comienza una carta que he recibido ayer, la más insólita que el lector pueda imaginarse ya desde su firma y remite donde sólo figura ese nombre, Burlero, y nada más. En ella me ruega hacérsela llegar al ministro de Cultura, señor Urtasun (y naturalmente, aquí mismo se la remito). En la carta se admira de la alegría con que se ha cargado el Premio Nacional de Tauromaquia dejando claro que su ministerio puede hacerlo porque sí con sólo argumentar que en este país de países crece la sensibilidad contra el maltrato animal, o sea, saca la pancarta, ¡lidia y tortura no son cultura!, aydiós. Y como tiene el lector igual derecho a conocer lo que en ella se cuenta, encantado cedo aquí el sitio y la letra. Asómbrese lo justo. Y tómela por auténtica. Yo me la he creído. Así dice:

Por haber nacido toro, señor ministro, me bautizó Burlero un mayoral olvidadizo o quizá por mi genio burlando la garrocha ya de becerrillo y riéndome del jinete torpe. Soy toro bravo y soy un eral por no haber cumplido los dos años, así que como mínimo aún me esperan dos, tres o más en mi dehesa salmantina que diría paraíso hasta el día en que me pegue una tarde de muerte en una plaza de renombre si el tiempo o su puta autoridad no lo impiden. Sólo quiero rogarle, señor ministro, que me conceda una mirada a cómo vivo y dónde, casi todo encinar, algún alcornoque, vallinas con regatillo o charcona, pasto natural, fuera pienso, días felices para un toro bravo, raza única en el planeta, así que soy pieza de biodiversidad, mi dehesa es reserva de la biosfera y propicio una secular cultura agraria que es patrimonio tangible. ¿Por qué se empeña usted en señalarme como raza a extinguir y poner en peligro la dehesa natural?... Déjeme que le cuente. ... (continuará).

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