Por bulerías
Y nosotros, los españoles y españolas que nos gusta la vida y estar alegres y vivir con los demás en paz, ¿qué hacemos? Nos queman los sesos con sus grotescas guerras todos los días, así que el único antídoto que se me ocurre para seguir viviendo con pasión es la cultura. Por ejemplo, yo creo que es mejor leer las novelas de Roberto Bolaño que escuchar a Félix Bolaños. Y mucho mejor es leer a cualquier escritor aragonés (Irene Vallejo, Sergio del Molino, Sender, Martinez de Pisón, Luz Gabás) que leer una encíclica de Pere Aragonès. Leer a Paul Auster es mejor que leer mil veces, como han hecho las televisiones, la carta de un adolescente poco austero llamado Romeo Sánchez. Mejor gastar tu tiempo en Rosalía que en Yolanda, de Castro y Díaz. Mejor leer el Teatro crítico universal del ilustrado Benito Jerónimo Feijóo que oír a su sobrino nieto el antiguo Alberto Núñez Feijóo. Mejor comer una docena de fuet Espetec de Casademont que ver por la tele una sola vez a Puigdemont. Mejor ir fumando marihuana en barca con Calderón de la Barca que ir en procesión con Abascal al lado de la cabra y la Legión. Mejor lucirte yendo al Museo del Prado que quedarte con la boca abierta ante la tele viendo a doña Letizia lucir de Prada. Mejor un Baroja Pío que un Otxandiano Pello. Mejor leer a Martínez Ruiz, Azorín, que ver el chotis de Martínez Almeida, en Madrid.
Mejor pasear por cualquier puente romano de los que aún quedan en pie después de dos mil años que oír una palabra que no dura en pie ni un segundo del gran Oscar, Rompedor de Puentes. Mejor leer a Javier Cercas que estar cerca de todos cuantos políticos nos acechan con sus floridas flechas. Mejor leer la gran novela Mujercitas de May Alcott que escuchar a María José Montero meterse con la mujer de Feijóo en sede parlamentaria y luego llorar por las calles de España porque se meten con su amadísima Julieta, la gran enamorada. Y en este punto, volver a comerte otra docena de fuet Espetec de Casademont para seguir aguantando a Puigdemont.
Mejor leer a Mercé Rodoreda que ver a Laura Borrás rodando por las eras. Mejor irte a una isla con unas Ray Ban que ir a un mitin de Illa para verlo con gafas de pasta. Cuando la política atenta contra la belleza natural de la vida, ni dios nos salva. ¿Y contra Otegi, qué hacer? Pues leerte la Enciclopedia Británica de la ‘a’ a la ‘w’, no hay otra medicina que dos mil años de ilustración y salvaguarda. No te quedan más que dos salidas: las pinturas negras de Francisco de Goya y el cine de san Luis García Berlanga.