Editorial | Dar un futuro al campo es la mejor fórmula para evitar la despoblación

La grave situación presente que sufre el campo leonés tiene además una amenaza concreta, que se puede cuantificar con un número demoledor. Se perderán 135 millones de euros en ingresos para León si sale adelante la reforma de la Política Agraria Común (PAC) que baraja en estos momentos la Unión Europea. En juego está la supervivencia de cientos de explotaciones y el adiós a esa hipótesis tantas veces demandada de conseguir un relevo generacional en el campo, con una reestructuración y modernización que lo haga plenamente competitivo. Condenar a la agricultura y la ganadería a malvivir con situaciones de auténtica penuria, produciendo incluso por debajo de costes, es poner en duda su futuro, porque nunca resultará atractivo de esta manera el apostar por el mundo rural. La tan traída despoblación, ese éxodo que inapelablemente ha vaciado los pueblos desde hace décadas, está detrás de todo esto. La invitación a mejorar, a «progresar», como ya escribía Miguel Delibes en El Camino hace 70 años, es una tentación a la que sucumbe cualquier persona si sufre en el presente y no atisba una posibilidad de mejorar en el futuro. Por ello, resulta necesaria y plausible esta revuelta que se está viviendo en España liderada desde lo rural. Durante décadas ha existido un abandono mezclado con atisbos de desprecio que no puede mantenerse en el tiempo. Las primeras respuestas que recibieron de cargos públicos o incluso sindicales en las que se incluyeron literalmente insultos a los que llevaban las pancartas y los tractores a las calles de las ciudades muestran hasta qué punto es imprescindible un golpe en la mesa, pleno de orgullo, para defender un sector fundamental para toda la sociedad y que genera unos beneficios que alcanzan a los más variados órdenes.

León, hoy, y Ponferrada, el lunes, tienen que mostrar su respaldo a unas justas reclamaciones que deben recibir la respuesta adecuada desde todas las instituciones, tanto autonómicas, como nacionales y europeas. Necesitamos el campo y más si cabe en territorios como León. Si existen pilares fundamentales para la supervivencia de la provincia y para lograr la sostenibilidad de sus pueblos uno insustituible es el sector primario, su agricultura y su ganadería.