Enseñar el camino de la sensatez.

El 6 de febrero se ha celebrado el día para erradicar la práctica de la “Ablación genital femenina”. Esta práctica sin duda sigue causando un grave daño físico y moral a millones de mujeres en 29 países especialmente de Asía y África. Aparte del sin sentido de esta práctica, la misma se realiza, -en muchas ocasiones- sin los medios adecuados por lo cual se producen enfermedades y muertes de miles y miles de niñas, jóvenes y mujeres. Con esta práctica brutal se pretende controlar el deseo sexual femenino y lo que es más, la total sumisión de la mujer a la familia y al esposo. Esta aberrante costumbre es requisito esencial en muchas tribus para que las mujeres encuentren esposo y como entrada en pleno derecho en la vida de los adultos y en la comunidad. Si no aceptan ser mutiladas, son rechazadas y tratadas como indeseables, en la mayoría de los casos son expulsadas de su hogar paterno y abandonadas. La mutilación genital femenina tiene nefastas consecuencias para la salud. Tanto a corto plazo:  Sangrado excesivo que puede llegar a producir la muerte.  Dolor y trauma que pueden llevar al estado de shock.  Infecciones, debido a las condiciones poco higiénicas durante la práctica:  El tétano.  El Sida. Y a largo plazo:  Infecciones del aparato reproductor que pueden llegar a causar esterilidad, y complicaciones en los partos. Los datos son los siguientes:  En todo el mundo la sufren 140 millones de mujeres.  Cada minuto se le realiza a 6 niñas.  El año 2.014 la sufrieron 2 millones de jóvenes y niñas.  En España viven 170.000 niñas que están en peligro de sufrirla cuando vayan o regresen a sus países de origen. Y dentro de las muchas tradiciones incomprensibles, ridículas y sin sentido, esta es una de ellas. Ello nos indica que la humanidad aún se rige por pautas extrañas y tristemente irracionales. En este mundo nuestro en donde el sentido común todavía es un extraño, queda mucho por hacer para culturizar, educar y enseñar la sensatez a millones y millones de personas. Por lo tanto adelante se necesitan muchos voluntarios para hacer el bien. La lucha contra: “El hambre, las guerras, el terrorismo, la incultura, el analfabetismo, la irracionalidad, los fanatismos, las tradiciones ancestrales y vejatorias, las costumbres irracionales”, depende de nosotros. Todo esto hay que erradicarlo a base de manos dispuestas: a colaborar, a hacer el bien, a mojarse en la resolución de los problemas. Necesitamos tomar conciencia de que entre todos tenemos que arreglar este mundo nuestro tan tremendamente inhumano y cruel y tan lleno de: “Egoísmos, avaricia, insolidaridad, deslealtad y maldad manifiesta”.