Agravio ferroviario en apenas 24 horas

Hay que pensar que ha sido una casualidad el anuncio de ayer del ministro vallisoletano Óscar Puente de la millonaria inversión en la estación de su ciudad justo al día siguiente de la manifestación en León, reclamando más atención de las administraciones. Pero más allá de lo que podría calificarse de anécdota, sí cabe una lectura amplia de un problema claro. A la provincia se la ha apartado de los centros de decisión, de los ejes de desarrollo y de los enclaves de transportes. Quizá el caso ferroviario valga de ejemplo para probar que la protesta en León es necesaria y acertada, ya que se ha pasado de que León sea un nudo clave para Renfe a ser un lugar de paso hacia Asturias, con una vía del siglo XIX a Galicia, sin Feve y con una estación que era provisional cuando se hizo, pero que, si no cambian las cosas, acabará perpetuándose. Los 253 millones de euros en una única estación en Valladolid deberían acallar bocas entre quienes van de ‘parientes pobres’ y consideran imposibles inversiones para actualizar la línea gallega por unas cantidades que se emplean en otros lugares sin titubeos. El tren de los puertos gallegos a Europea se ‘aparcó’ dos décadas. Vale también como ejemplo de la incapacidad para defender lo que ya estaba en marcha.