Paso adelante de la Junta porque sobran los diagnósticos
«Ahora hay que determinar un plan de acción, chequeable, que revierta la situación de la provincia»
La crisis estructural que sufre la provincia de León, como buena parte de la España alejada de los centros de desarrollo, es sobradamente conocida por todos. Quizá las palabras del leonés y consejero autonómico Juan Carlos Suárez-Quiñones ponen en evidencia la situación real: «no son necesarios más diagnósticos, ya todos sabemos cuáles son los problemas de León. Ahora hay que determinar un plan de acción, chequeable, que revierta la situación de la provincia».
Saltarse esa primera ‘etapa’, del victimismo y del pesimismo que no llevan a ninguna parte, debe recibirse como una importante y esperanzadora novedad. En incontables discursos y escritos se ha proclamado esa circunstancia: sobran las palabras, es el momento de la acción. Y ahí es donde puede asegurarse, sin lugar a dudas, que la Junta —con su gobierno del PP dirigido por Alfonso Fernández Mañueco— se la va a jugar. Este órdago poniéndose en primera línea para liderar el intento de renovación de la sociedad y la economía leonesa es de alabar. Parece imprescindible e inaplazable que de verdad se empiece a trabajar más allá de los tradicionales juegos tácticos para hacerse con el ‘relato’ y maniobrar a la búsqueda de réditos electorales. Pero en este proceso los riesgos que se asumen, tanto en el gobierno de Valladolid como en el PP de León, son evidentes.
Las cosas no serán fáciles porque las tendencias al envejecimiento y a la reducción de la actividad económica son muy fuertes. El giro de 180 grados precisará acciones concretas y bien diseñadas. Incluso será necesario impulsar algo así como un Pacto por León —huyendo de la parafernalia de las nominaciones inútiles— en el que se implique el otro gran partido, el PSOE. Hay que conseguir que se actúe de manera coordinada con el Gobierno central, que dispone de la mayoría del poder real para crear infraestructuras y atraer proyectos públicos o empresariales. Esto va de jugarse el todo por el todo.