Diario de León

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El, llamémoslo, incidente ocurrido la semana pasada en la Reserva Regional de Caza Saja de Cantabria, en el que un oso pardo resultó herido durante el transcurso de una batida de jabalí, vuelve a abrir el debate de la caza en los espacios naturales donde se recuperan especies en peligro de extinción.

A pesar de que la evolución de la población del oso pardo en la Cordillera Cantábrica está al alza, no hay que olvidar que sigue siendo una especie considerada en peligro de extinción, lo que nos recuerda que la línea entre la recuperación y el declive es muy estrecha y que cualquier intervención humana puede decidir el futuro de la fauna en un territorio.

Es el caso también del ya casi extinguido urogallo, del que solo se tiene constancia de su existencia en Omaña y Alto Sil. Para esta especie, declarada en 2018 en peligro crítico de extinción, se pide que los territorios donde sobrevive sean considerados «santuarios naturales», es decir, zonas donde no se permita ningún tipo de actividad humana, y donde incluso se ‘extraigan’ los depredadores que puedan suponer una amenaza para los pocos ejemplares que quedan.

Para el oso no se pide tanto. Solo que la actividad cinegética no interfiera en los muchos intentos que se están haciendo para asentar población en los diferentes puntos de la Cordillera Cantábrica.

Conscientes de que en la necesidad de buscar el equilibrio entre la conservación y el ecoturismo está la clave para la supervivencia del oso pardo y para el desarrollo de las zonas de montaña, se celebró recientemente en Riaño, donde el alcalde Fernando Moreno actuó como anfitrión, una reunión entre todos los sectores implicados, como las federaciones de montaña de Castilla y León, Cantabria y Asturias, empresas de ecoturismo que trabajan en la observación de grandes carnívoros y la Fundación Oso Pardo. Entre las conclusiones del encuentro, según informa la FOP en la redes sociales, destacan llevar a la sociedad la idea de que la presencia del oso es positiva para el territorio, pero para ello es necesario informar a los usuarios de la montaña sobre cómo comportarse para evitar incidentes.

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