Diario de León

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Cinco meses después de que disolviera las Cortes para convocar elecciones anticipadas, el presidente de la Junta se ha felicitado de que la coalición PP-Vox haya dotado a Castilla y León de un gobierno «acoplado, en marcha y funcionando con normalidad». Lo ha dicho durante su intervención como invitado al congreso del PP de Galicia, la comunidad autónoma de referencia dentro de su partido.

A expensas de que se cumplan los 100 días de rigor, si lo del «acoplamiento» se refiere al grado de cohesión de los dos partidos coaligados, la percepción general dista mucho de la expresada por Alfonso Fernández Mañueco. Y no por la falta de disposición del propio presidente y de los consejeros del PP, que se esfuerzan en evitar desavenencias con el socio minoritario, sino por el afán de Vox de marcar su perfil propio y diferenciarse de la que puertas adentro sigue considerando «la derechita cobarde». Ayer mismo, durante su comparecencia en las Cortes, el vicepresidente García-Gallardo se situó en las antípodas del «autonomismo útil» que proclama el PP para arremeter contra el Estado de las Autonomías, que considera una «estafa» y una «ruina» para España.

El mismo día en que Fernández Mañueco apostaba en Madrid por «más y mejor Europa», el consejero de Industria y Empleo endosaba a las políticas europeas y a la Agenda 2030 del declive económico de la provincia de León. «León ha sido machacada por el fanatismo climático de la Unión Europea», sentenciaba Mariano Veganzones, pasando por alto que la decadencia leonesa y de la minería del carbón son anteriores al proceso de descarbonización impulsado por el cambio climático del que Vox es negacionista.

Más ocupado en defender las posiciones ideológicas de su partido que en atender sus obligaciones en la Junta, cinco semanas después de haber tomado posesión, Veganzones mantiene vacantes los cargos de viceconsejero de Dinamización Industrial y de gerente del Servicio Regional de Empleo. Omisiones de las que se desprende que eso de que la Junta «está en marcha y funcionando con normalidad» no es extensible a todas sus consejerías.

La plena normalidad pasaría asimismo por unos Presupuestos de la Junta adecuados para afrontar los eternos retos de Castilla y León y rentabilizar al máximo los nuevos fondos europeos puestos a disposición de la recuperación económica. Esto es, las cuentas con las que dio al traste la convocatoria electoral. Más allá de las disonancias ideológicas, cuando el gobierno PP-Vox presente sus primeros Presupuestos dispondremos de elementos contantes y sonantes para calibrar los efectos de una coalición a priori con inquietantes zonas de sombra. A partir de entonces no será tan fácil hacerle trampas al solitario.

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