EDITORIAL | Desastre también en unos pagos que son imprescindibles para las familias

Los ciudadanos nos achacan en ocasiones a los medios de comunicación una culpabilidad en las ineficacias y los errores de las administraciones públicas. Damos a conocer sus anuncios y compromisos, y la realidad que se vive luego está totalmente alejada de lo publicado. Por eso es fundamental el trabajo profesional de los periodistas. No se puede entender en Democracia el ejercicio de la información a través de meras correas de transmisión de los mensajes que lanzan los gobiernos. Así lamentablemente ocurre en demasiados países del mundo.

Confundir información con propaganda, o ese ansia de la política por controlar los mensajes para ajustarlos a lo deseado está en el fondo detrás de tanta comparecencia y nota pública como estamos padeciendo durante esta pandemia. Nos llega un auténtico aluvión de datos de soluciones, millones, mecanismos... y los medios de comunicación estamos obligados a poner cada cosa en su sitio. Parecería, escuchando a nuestros gobernantes, que estamos viviendo una especie de vacaciones colectivas, con todo el mundo en sus casas recibiendo ayudas y pagas de dinero público, sin que lleguemos a percibir los miles y miles de muertos —salvo los de otros países—... y todo con un suma y sigue de desastres y contradicciones que resulta inaceptable. Lo último es que los Ertes no se están pagando debidamente. Y que lo de las rebajas y el comercio —tan fundamental al estar en juego decenas de miles de empleos— es producto de otro desajuste. Los ciudadanos necesitan garantías sobre su salud. Y mucha más seriedad en lo relativo a sus necesidades económicas tras dos meses sin poder trabajar.