Editorial | Un día más especial para esa enfermería que resulta vital

Las diferentes labores en la asistencia sanitaria responden en realidad a profesiones muy distintas, pero complementarias. Todas son fundamentales para que la atención al paciente sea lo mejor posible. Al acudir a un centro de salud o un hospital no es inusual la sensación de que se accede a una especie de caos difícil de interpretar desde fuera. Decenas o incluso cientos de personas van y vienen, unos buscando atención y otras prestándola, pero unidos en realidad por una organización que tiene detrás muchas horas de análisis y diseño, mucha inversión de dinero público y mucha profesionalidad.

Cada componente del personal sanitario realiza su labor como si se tratase de las piezas de un puzzle, para alcanzar ese objetivo ineludible que es la atención integral. Y existe un cuerpo profesional que tiene entre sus muchas ocupaciones el facilitar una mejor estancia al paciente, también en lo más personal. La Enfermería, como elemento clave en el sistema, ofrece lo que en estos días resulta tan imprescindible en los centros hospitalarios, esa mano amiga cuando ni siquiera pueden estar presentes los más próximos para acompañar las largas horas de sufrimiento y de angustia.

Los aplausos de las 20.00 horas durante esta crisis han servido para que la sociedad muestre un reconocimiento necesario y merecido a los sanitarios. Hoy, si cabe, hay que dedicárselo un poco más a un cuerpo tan vocacional y especial que incluye entre sus ocupaciones algunas tan fundamentales como la escucha y el acompañamiento a las personas enfermas.

Su papel en primera línea les ha puesto en singular riesgo durante esta pandemia. Lamentablemente lideran los contagios entre los sanitarios. Es quizá la prueba de que son los que más se arriman y más de cara afrontan los problemas cuando necesitamos su atención.