Adiós a la foto

Aquí te espero camino gallego

Cuando las cosas se hacen para demostrar quien manda está claro que no se busca el bien común, sino imponerse porque puede, aunque no deba. Hace más de medio mes me preguntaba aquí mismo el por qué de tantas prisas con el tranvía. La respuesta es obvia: hay que empezar las obras porque deben concluirse en un plazo ya que el presupuesto se hace con cargo a un plan concreto que tiene unas fechas definidas. Por si esto fuera poco, las elecciones están a la vuelta de la esquina y hay que presentar algo de lo que presumir si se quiere tener gancho con el electorado.

Pero parece que los ediles socialistas no se han percatado de que su afán por tener una foto subidos en un tranvía de sólo medio kilómetro de recorrido puede ser el sambenito que lleven en un futuro próximo.

Tan precipitados por empezar las obras se olvidaron de que ellos también tienen que pedir permisos para hacerlas. Y cuando los pidieron creyeron que eso era todo y no se molestaron en esperar a que se les concediera la licencia, como debe hacer todo hijo de vecino. Está feo que el Ayuntamiento tenga bula, o patente de corso, a eso se le llama con un nombre que supongo que no les gustará que se lo endilguen.

Por sus ... que empezaron las obras, y eso era lo que me temía yo, que las iniciaran y luego quedara todo empantanado. Menos mal que al final no agujerearon Santo Domingo, porque en ese caso el caos estaría servido.

Lo anterior lo había escrito antes de que el juez dictara sentencia que paraliza las obras. El 28 de abril, aquí mismo recordaba que la anterior corporación tuvo que dar marcha atrás (también por sentencia judicial) en su afán por remodelar la plaza de la Inmaculada. A ver cuál es la próxima ocurrencia