Consagración

E n el principio era el verbo, y el verbo era con Emilio Gutiérrez, y el verbo era Isabel Carrasco. El prólogo apócrifo del Evangelio de San Juan sirve para dar pie a la era abierta. El mandato en el que León decide colocar todos los huevos en la misma cesta, a la espera de que Rajoy cumpla con el trámite de ganar las elecciones generales del próximo año recostado en la hamaca, con un gorro en la cabeza diseñado con la portada del Marca . Cuatro años en los que la ciudad se encomienda al PP para vencer la inercia de una crisis que, acompañada por la bofetada de despotismo de los socialistas leoneses, ha derivado en el nacimiento de una mayoría absoluta municipal inusitada y el asentamiento del poder en manos de la presidenta del PP, que regentará en León desde la balconada del palacio de los gañanes un control como no se vio desde la coronación de Adefonsus VII Imperator.

La homilía de consagración del mandato quedó predicada con un sermón cuajado de huellas populistas -”a Gutiérrez sólo le faltó el tópico de prometer que el poder no le va a cambiar-” y por el pecado de soberbia con el que los socialistas se inhibieron de la foto protocolaria; una ausencia instigada por la actitud adolescente con la que ha encarado el traspaso de poderes Francisco Fernández, quien parece haber confiado la redacción de sus últimas manifestaciones al equipo de guionistas de Física o Química . Mientras, la UPL todavía se debate entre echarse al monte o afrancesarse.

Por debajo de las poses quedan citadas las cuentas municipales como escenario del duelo. Después de las mañas de tahur con las que el PSOE jugó a final de mandato a hacer ver que había reducido la deuda en cerca de 50 millones -”al contraponer el débito total del 2007 frente a un resultado del 2010 en el que no aparecía toda la deuda-” el PP invoca ahora una auditoría para conocer el estado real del consistorio; lo mismo que hace cuatro años, pero con los papeles cambiados.

El estudio deja cautiva la promesa de reducción del IBI un 10%, avalada sólo con la palabra de Gutiérrez de que lo cumplirá en estos cuatro años. Un planteamiento tramposo: no es lo mismo el oxígeno ahora que la crisis amenaza a miles de familias que dentro de dos o tres ejercicios.

Fuera de la teología, no vale con creer para que algo exista. El verbo tiene que hacerse carne para habitar entre nosotros.