Diario de León

EL RINCÓN

Exigencias del náufrago

Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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Hay quienes prefieren que no les rescaten porque además de dar las gracias tendrían que dar mucho dinero. En Chipre están al borde del abismo, pero temen las condiciones que les imponga la señora Merkel, que esa sí que es borde. Piensan que es preferible seguir con el agua al cuello a que les echen un salvavidas que se parece demasiado a un dogal con más de siete nudos alrededor del pescuezo. Están mejor a merced de las olas bravías que en tierra firme, ya que todavía no hay buzos que se dediquen a cobrar facturas disfrazados de «hombres del frac».

Europa no tiene una idea muy clara de hasta dónde puede llegar demasiado lejos y el euro corre peligro. El Parlamento chipriota, donde se sigue hablando por chiripa, le ha echado valor rechazando las cláusulas del rescate pactado. Para poca salud, ninguna y de muerto no se pasa.

No hay que acorralar a un gato, porque se defiende panza arriba y más cuando tiene la panza vacía. Incluso los diputados del conservador partido gobernante votaron en contra de la quita, o sea, del inocuo robo que grabaría los depósitos bancarios. Para eso más vale quitar el banco, han decidido los asfixiados habitantes de esa isla rodeada de deudas por todas partes.

Incluso Rusia, que les echó un capote de 2.500 millones de euros hace un par de años, muestra su alarma ante el llamado «efecto dominó».

La penuria es contagiosa y únicamente algunos banqueros se congratulan de tener al gran capital bien atado, para que no corra y se le vaya de las pecadoras manos.

Estamos en vísperas de otro sistema, pero no sabemos cuál será. Quizá lo sepa la princesa Corinna, pero no lo tiene muy claro nuestro ministro de Hacienda, don Cristóbal Montoro, que quiere ponerle un impuesto a los bancos por los depósitos. Quizá confíe en que si cuaja su propósito, los bancos no lo traspasarán a nosotros. Puede que falte agua para tantos naufragios.

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