Mayor firmeza frente al vandalismo urbano

Sólo tres días después de que la brigada de obras del Ayuntamiento de León acabase de poner orden y limpieza —ya por segunda vez— en el tramo paseable de la muralla en el Jardín del Cid, el patrimonio de la ciudad volvió a sufrir este fin de semana un nuevo atentado por parte de quienes tienen esa enfermiza inclinación por la destrucción de la propiedad pública. Cuando ya están a punto de concluir las obras de rehabilitación que la convertirán en sede del centro de interpretación del León Romano, la recién restaurada fachada de la Casona de Puerta Castillo apareció con pintadas de siglas políticas que relacionan ese edificio con la ideología de sus anteriores ocupantes en una idea que trasciende el gamberrismo y roza la idiocia.

El vandalismo callejero le cuesta al Ayuntamiento de León casi medio millón de euros al año y muchas horas de trabajo para los empleados públicos. Es un problema que afecta a todos los ciudadanos, no sólo por el dinero que supone para las arcas municipales en momentos de gran dificultad para afrontar cualquier gasto, sino porque el patrimonio y el mobiliario atacados son para disfrute de todos y para que sean bien conservados.

Desde el Ayuntamiento se apela al respeto a la convivencia y a la necesidad de evitar que trascienda esa imagen de la ciudad. Pero quizá sea la hora de exigir más vigilancia en puntos concretos de la ciudad —los mencionados lo son— y mayor dureza punitiva con quienes no acaban de entender que el patrimonio público no es el del enemigo.