Esa crisis existencial

Como se está viendo en San Petersburgo, la línea de la política de Rajoy sigue siendo oblicua, apagada y con algún destello fosforescente. Lo que cuenta La Moncloa sobre el contenido de ese encuentro manifiesta sobre todo un ansia loca por tener las bendiciones de Obama, en principio tan alejado, ideológica y políticamente, de lo que Rajoy y su Gobierno representan. Pero ya sabemos que la política exterior es un escenario de conveniencias y de intereses, rara vez caracterizado por la santidad de las intenciones o la coherencia de los pensamientos políticos. Pero ojalá que esas relaciones y esa visita a la Casa Blanca anuncien venturas para España y los españoles, que tanta falta nos hacen. Animo, pues, que nuestro presidente se esmere en la consecución del encuentro y después en el buen desarrollo de su contenido. Aunque se duda que el encuentro produzca milagros como la salvación política de Rajoy, que tendrá que buscarla por otros caminos que todos conocemos y de los cuales la gente del presidente parece la única en no haberse enterado.

El entendimiento entre las fuerzas políticas de España es un requisito indispensable para que las cosas cambien aquí sustancialmente, para que se dote a la economía de un impulso que la haga mejorar y avanzar, para que comience una marcha en sentido contrario al hasta ahora seguido. Pero sinceramente les digo que no sé cuál sería el mejor camino para conseguir algo tan vital como la desaparición de la corrupción y el castigo de la que ya se ha producido tan profusamente, de manera especial en el seno y alrededores del partido que nos gobierna. Por ejemplo, estamos los españoles hasta la coronilla de esa crisis existencial que se llama caso Bárcenas, del que Rajoy habló una vez -el 1 de agosto- y del que se propone no volver ni siquiera a hablar en los siglos venideros. Yo mismo estoy hasta la coronilla de todo esto y sin embargo, como otros muchos, hago esfuerzos por contribuir en algo a limpiar la suciedad que nos condena. ¿Pero había yo empezado a hablar de Obama y San Petersburgo? Pues me pido sus disculpas...