Diario de León
Publicado por
ERNESTO ESCAPA
León

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La reciente distinción al empresario David Álvarez como marqués de Crémenes, por la pujanza de sus negocios, evoca el paraíso de Alión y despierta el recuerdo de otros hidalgos montañeses, cuyo rastro anda más o menos en extravío. Y no por falta de notoriedad, sino a causa de las mudanzas de la vida. El más conocido de nuestros nobles serranos fue sin duda Rafael de León (1908-1982), marqués del Valle de la Reina, poeta de vida perdularia convertido en rey de la copla. Otros títulos de la montaña están en descuido, como el marquesado de Sajambre, que llevó con ironía el pintor Caneja. La marquesa de Valverde de la Sierra, heredera de los neveros del Espigüete, es profe de instituto, mientras en Burón las piedras descabaladas del palacio de los Allende evocan con nostalgia el trasiego nobiliario de sus jardines, primero arrasados por el fuego y luego por el embalse.

En término de Crémenes, está el valle de Alión, un nombre histórico cuya resonancia actual se debe al bautizo de un vino de Vega Sicilia. El valle es una garganta empinada con algún ensanche de praderío que concluye en Lois, donde emerge su catedral de mármol. En plena Edad Media el territorio de Alión fue propiedad de los reyes leoneses, que tenían en él otro enclave de fascinación, como Babia, donde ensimismarse. El rey Fernando II lo donó a la Orden de Santiago y aquel territorio pervivió como concejo de Alión hasta la división administrativa del diecinueve en que tomó el nombre de Salamón. Apenas un kilómetro separa el molino de Alión de la entrada a Salamón. El pueblo, que fue ayuntamiento, ocupa un vallejo abierto a la izquierda del río Dueñas y su caserío no muestra mucho equilibrio ni el concierto que se podía esperar en un entorno tan bello.

El primer tramo de la angostura discurre entre calizas salpicadas de sabinas y la vega pastueña de Alión, que en una de las interpretaciones toponímicas significaría pasto bueno. Enseguida aparece, a la derecha del camino y en una zona recreativa, el santuario de la Virgen del Roblo, centro de romerías comarcales. En realidad, la ermita fue rehecha hace unas décadas en este emplazamiento, después del abandono de la antigua, sofocada por la vegetación. El molino de Alión acoge el complejo residencial de David Álvarez construido sobre la aceña de la Puente del Campo. Era el paso antiguo hacia Valbuena del Roblo, primer pueblo del valle, cuyo acceso se encuentra ahora más adelante. Enfrente de Valbuena y coronando con su estampa caliza el collado del Ciervo asoma a la derecha la Peña de las Pintas, que hace casi dos mil metros. La tradición supone que en sus escarpaduras tuvo asiento el castillo de Alión, que dominaba el paso por el Esla y por este valle que riega el río Dueñas.

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