Diario de León

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Periodismo, retos y responsabilidades La prensa, una reacción espontánea

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pedro lechuga MALLO Presidente de la Asociación de Periodistas de León (APL) enrique cimas PERIODISTA
León

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H oy 24 de enero, en el que celebramos la festividad de nuestro patrón San Francisco de Sales todavía retumban los disparos que hace unas semanas acabaron con la vida de varios de los integrantes de la revista satírica francesa Charlie Hebdo , unos asesinatos que tenían como principal objetivo atentar contra la base sobre la que se sustenta cualquier sociedad democrática, la libertad de expresión y de información. Este cruel atentado nos demuestra una vez más el importante papel que juegan los medios de comunicación en nuestra vida diaria, ya que son garantes de que la ciudadanía tenga a su alcance toda la información necesaria para que pueda conocer y comprender lo que sucede a su alrededor. Y precisamente por esto, los enemigos de la libertad han dirigido toda su ira contra un medio de comunicación como Charlie Hebdo . Ante este hecho, sólo podemos hacer dos cosas: mostrar nuestra solidaridad con los compañeros y familiares de los periodistas de Charlie Hebdo y de todos aquellos que también han sido asesinados en otros lugares del mundo por ejercer la profesión periodística y por otro lado, aumentar aún más si cabe nuestro compromiso con la sociedad y seguir desarrollando nuestra labor de la manera más íntegra y digna posible, lo que permitirá que los ciudadanos vivan en una sociedad más sana democrática e informativamente hablando.

En clave nacional y local, hoy estamos obligados una vez más a recordar el difícil momento por el que están pasando los medios de comunicación en nuestro país, uno de los sectores más castigados desde que comenzara la crisis en la que estamos inmersos. Hace aproximadamente un mes se presentó el Informe de la Profesión Periodística 2014 , que recoge que año tras año aumenta la precariedad laboral y profesional de los periodistas españoles, quienes en algunos casos no cuentan con las condiciones mínimas necesarias para desarrollar su trabajo con la calidad y rigor deseado. Eso sí, como nota positiva, dicho informe apunta que por primera vez desde 2008 ha descendido el paro registrado entre los periodistas, una tendencia que esperemos se consolide para este 2015 y para años venideros.

Y cuando hablamos de los grandes problemas que tiene nuestra profesión, además del paro y la precariedad laboral, no nos podemos olvidar del feroz intrusismo con el que tenemos que convivir diariamente y que tiene como principales perjudicados a los ciudadanos, ya que personas sin ningún tipo de formación y preparación quieren jugar a ser periodistas, ofreciendo en muchos casos a los lectores, oyentes o telespectadores una información sin ningún tipo de rigor y ética, lo que tiene como principales perjudicados tanto a los ciudadanos como a la profesión periodística, ya que debido a la falta de profesionalidad de estas personas la credibilidad del periodismo en general se ve seriamente afectada.

Asimismo y aprovechando la cercanía de la campaña electoral, desde la Asociación de Periodistas de León queremos pedir a todos los partidos políticos que faciliten al máximo el trabajo de nuestros compañeros durante este periodo, permitiendo tener un contacto directo con los candidatos y así reducir al máximo la información enlatada aportada por los partidos políticos, ya que en muchas ocasiones y debido a esta práctica cada vez más habitual los periodistas no pueden tener acceso a toda la información necesaria que les permita desarrollar su trabajo de la mejor manera posible.

Y para finalizar, hay que destacar también la importancia de que los periodistas hagamos autocrítica, y si bien en muchas ocasiones el entorno en el que desarrollamos nuestra labor no es el más adecuado tenemos que intentar superar dichas adversidades para que así podamos seguir ofreciendo a la sociedad una información de calidad y que nos dignifique como periodistas que somos.

P or si no lo sabían, hoy honramos los periodistas a San Francisco de Sales, nuestro patrono. Y ¿por qué?..., sencillamente porque fue un esforzado por la causa de Cristo, a quien entregó vida, trabajo y apostolado. Fue fundador de órdenes, doctor de la Iglesia, obispo; orador culto y buen comunicador y escritor de diversas publicaciones. ¡Ahí!, en esa faceta de su vida —la de magnífico escritor de raza— al cabo de los años los profesionales de la prensa impresa entramos en escena, solicitando la santa figura del santo como patrono de los periodistas.

El papa emérito, Benedicto XVI, nos ha dicho a los periodistas que «la fe cristiana tiene en común con la Comunicación una estructura fundamental: el hecho de que el medio y el mensaje coinciden, porque el hijo de Dios, el Verbo encarnado es al mismo tiempo, mensaje de salvación y medio por el cuál se realiza la salvación (…) La palabra de Dios, añade Josef Ratzinger, llegó a los seres humanos, y se ha transmitido a nosotros, a través de la Biblia. La palabra continúa siendo la herramienta fundamental y, en cierto sentido, constitutiva de la comunicación.

A Alfonso de Lamartine —poeta, escritor y político francés— se le ocurrió un buen día dejar sentado que la prensa era ni más ni menos que «una reacción espontánea, producto del pensamiento, que no muere nunca».

No me cae mal el punto de vista del autor de Grazziela con esta singular definición de lo que él entendía por prensa si, a mayores, añade el término pensamiento al de espontaneidad. Parece elemental, pero es cierto: se ha demostrado estadísticamente que muchos de los jóvenes que optan por los estudios de periodismo, denotan ciertas cualidades intuitivas ante hechos raros, distintos… con olor a noticia, y que urge contar.

Aprovecho este punto de mi artículo para pensar un poco en la relación existente entre estos extremos, y la función distinta, aunque próxima, de las redes sociales. Sí, porque nos encontramos con tres factores convergentes para la conformación de un relato noticioso: a) hallazgo de la noticia por quien posee la capacidad, o las buenas artes, de descubrirla, urgiendo su propagación; b) formación de estos aspirantes a periodistas por medio de «herramientas» universitarias. Y c) complementación a cargo de las redes sociales que ocuparían un doble cometido: aporte de detalles a una información que siempre ha de llevar sello de veracidad, y práctica de la crítica, a partir de principios éticos ineludibles. Los hechos son sagrados, las opiniones libres.

No hace mucho tiempo, en la entrega del X Premio Luis Carandell de Periodismo, celebrada en el Senado, La reina Leticia pronunció unas palabras de cierre del acto y de cuyo texto extraje esta nota, plena de razón y válidos argumentos: (…) «A pesar de que todos los ciudadanos pueden fotografiar y contar lo que ocurre con su teléfono móvil, siempre será necesaria esa persona inteligente y responsable que analice, interprete y sintetice en un puñado de imágenes, palabras, sonidos; esas cosas que pasan, y eso, solo lo puede hacer un buen periodista»

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