EDITORIAL: Una pérdida salarial injusta que crea mayor desigualdad

Miles de trabajadores leoneses que desarrollan su vida profesional en empresas privadas, y consecuentemente acogidos al convenio laboral de esas mismas compañías, cerraron 2014 con una pérdida salarial del 3,3%. Y eso ocurrió en el séptimo año de la crisis, es decir, que supone una merma del poder adquisitivo que es consecutiva de otras anteriores. Esa situación guarda relación con unos datos que se conocieron hace sólo unos días: que en nuestro país, antes de la crisis, el 20% de la población ganaba 5,5 veces más que el 20% más pobre y que esa ratio llega ahora al 7,2, lo que coloca a España en cabeza en el ránking europeo de desigualdad, curiosamente seguida por Grecia.

Es la consecuencia de varias razones. La primera, el elevado desempleo, que redujo drásticamente los ingresos de una parte muy importante de la población. Y la segunda, más directamente relacionada con el tema que nos ocupa, la devaluación de las rentas salariales, que fue esencial para conseguir productividad pero que recortó dramáticamente la nómina de los asalariados. Esa devaluación degradó de manera extraordinaria la calidad del empleo, sin duda auspiciada por una reforma laboral que disminuye todavía más los derechos sindicales, que recorta brutalmente los de los trabajadores y que deja a los empleados en manos de los empleadores en favor de una supuesta incentivación de la contratación que, pese a la última recuperación del empleo, no consigue los resultados que auguraban sus promotores. Por otra parte, no es justo que las empresas, sobre todo las más grandes, aumenten sus beneficios sin que esa mejoría se traduzca en creación de empleo. Como no lo es que no se haya afrontado una verdadera reforma fiscal que finiquite una situación injusta para la mayoría y con el ingente fraude fiscal, que es también responsable de la crisis de nuestras finanzas.