Diario de León

TRIBUNA

Epopeya en la Mesopotamia Leonesa

Publicado por
Héctor Bayón Campos. Licenciado en Historia
León

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H e levantado un monumento más perenne que el bronce y más alto que la regia construcción de las pirámides que ni la lluvia voraz ni la innumerable sucesión de años podrán derruir…». Odas III , Horacio

El poema de Gilgamesh, La Eneida, La Ilíada, El Cantar del Mío Cid, La Araucana… Todas estas obras literarias (y muchas más) son el resultado de la egregia creatividad del hombre a lo largo de la Historia. Fueron escritas sobre materiales muy diferentes (tablillas de arcilla, papiro, papel etc.) pero su objetivo y/o enseñanza siempre fue y será el mismo: Entretener, cultivar y llenar de sabiduría al lector y por qué no decirlo, potenciar nuestra imaginación y proporcionarnos una lectura «escapista» (tan necesaria en estos momentos actuales) capaz de «transportarnos» a épocas y lugares que ya no volverán… como las golondrinas.

Creo que es un criterio afirmado por todos pensar que estas obras literarias son el mejor exponente de una literatura épica llena de ardor guerrero y aventura a raudales. Seguro que al oír los nombres de Eneas, Patroclo, Rodrigo Díaz de Vivar, Dido, Enkidu, Lautaro etc. volvemos a recordar hexámetros, versos y anécdotas que parecían olvidadas en nuestra mente. ¿Y qué pasa si no las hemos leído? No pasa nada, simplemente habrá que poner en marcha lo que dice el refranero español a este respecto: «Que nunca es tarde si la dicha es buena» además podríamos recordar las palabras que Mónica, la sufrida madre de San Agustín, decía a su hijo: «Tolle lege» o lo que es lo mismo, «Toma y lee». Pocos consejos serán tan válidos e imperecederos como éste… Pero «pasemos de las musas al teatro», en este caso a la epopeya. He comenzado el artículo citando el «poema de Gilgamesh» escrito en torno al 2500-2000 a.C. Este poema narra las hazañas legendarias del rey Gilgamesh de la ciudad de Uruk. ¿Y dónde se encontraba ésta? Pues en la antigua Mesopotamia que significa en griego «entre ríos» exactamente entre los ríos Tigris y Éufrates. En la actualidad sería el área comprendida entre Iraq y el este de Siria. Allí comenzó la Historia… y en la Mesopotamia Leonesa todavía sigue haciéndolo. Sí, que nadie se asuste, la provincia de León también tiene su Mesopotamia particular, una zona que mana fertilidad e irradia cultura. Si el paraíso existe (El Antiguo Testamento lo señalaba en parajes mesopotámicos) irremediablemente estará aquí…

Las tierras comprendidas entre el río «Esla» y su afluente «el Porma» serán el escenario de esta fascinante epopeya ¡Abróchense los cinturones, este será nuestro viaje…! Empezaremos contemplando el monasterio mozárabe de San Miguel de Escalada, simbiosis de estilos que nos evoca a Oriente…y a Occidente. Posteriormente haremos parada y fonda en Mansilla de las Mulas donde sus murallas y ese «zigurat» moderno llamado Museo Etnográfico Provincial harán sentir a los visitantes la idea de que están ante la nueva Babilonia. A pocos kilómetros de esta gran villa nos encontraremos con las ruinas de Lancia, en Villasabariego. Den rienda suelta a su imaginación y visualicen la batalla de una sociedad primitiva de héroes anónimos contra las legiones del romano Publio Carisio, indigno heredero de la crueldad de los reyes Asirios. Por si esto fuera poco, pasearemos por cualquiera de las riberas arboladas que hay a orillas del Esla y el Porma y reflexionaremos… ¿Será verdad que nuestras vidas son los ríos que irán a parar al mar, como decía Jorge Manrique? Si esto es así el final se acerca, a lo lejos ya se ve la «junta de los ríos» a la altura de Villaverde de Sandoval. Ciertamente Bernardo de Claraval y su Orden del Císter estaban en lo cierto, el monasterio de Santa María de Sandoval sería construido en un lugar alejado de las tentaciones mundanas pero cerca del Paraíso terrenal…

Después de esta singular epopeya… ¿Todavía alguien duda de la existencia de la Mesopotamia Leonesa? Esta zona y sus gentes están esperando su visita, disfrútenla.

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