Diario de León
Publicado por
JAVIER TOMÉ
León

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Uno aspira ya a pocas cosas. A no palmar el nuevo año que se asoma en el calendario, por ejemplo. Pero mientras tanto, y condicionado sin duda por la mordaza de los hábitos, sigo sin imaginarme la vida sin literatura. En este sentido, existía un amplio horizonte de expectativas en torno al segundo libro de Avelino Fierro, un catedrático de las palabras que es capaz de incorporar a su obra un sello inconfundiblemente propio. Este miércoles lo ha presentado en el museo de León —los Pallareses de toda la vida—, acompañado por amigos como Alberto Torices, el profesor Avello y el editor Héctor Escobar. Pese a que la bondad goza de una pésima fama, Avelino es uno de esos hombres que, parafraseando a Aristóteles, tiene dignidad de sangre. Como fiscal de profesión siempre decantado por el lado de la razón y el derecho, es un gran especialista en gestionar las realidades más crudas y difíciles. Para los atardeceres reserva sus paseos noctívagos con la bruma como compañera por una Ciudad de sombra, título de este libro que ofrece un abanico deslumbrante de reflexiones, experiencias personales, tragos gustosos y citas literarias ad hoc.

Las ideas no tienen padre reconocido, lo importante es saber cómo y de qué forma se ejecutan. Después del incontestable éxito de su primera obra, Una habitación en Europa, Avelino sigue encaramado en su particular montaña rusa en torno a lo humano, una literatura de hechos y percepciones en la que nada es gratuito. Cada vez más suelto y firme en asuntos estilísticos, demuestra en este libro de alta costura que la imaginación es nuestro derecho a la hora de ser libres y creativos. El caudal abrumador de recuerdos y situaciones que impregna cada una de las páginas de Ciudad de sombra, se entremezcla con los toques artísticos y casuales del más puro azar, lo que no parece un argumento menor pues todo ello va encaminado a un fin supremo: ofrecer una visión ideológica del tiempo tan complejo y adusto que nos ha tocado vivir. Así que para lamerse las heridas del alma y tratar de entender lo incomprensible, pasen y lean.

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