Diario de León
Publicado por
Manuel Alcántara
León

Creado:

Actualizado:

E l escándalo ya no se lleva, pero cada vez hay más gente que se lleva las manos a la cabeza por no llevársela a la cartera y comprobar que sólo le han dejado el hueco. El llamado ‘cártel de fuego’ se repartió 100 millones de contratos amañados y el exdelegado del Gobierno en Valencia se sintió en la obligación de dimitir. Habría que hacerle un homenaje porque aquí no dimite nadie.

Los que se van procuran quedarse, como el señor Mas, que abandona el Parlament para dedicarse a reconstruir Convergencia. ¿A qué podrán dedicarse en el trullo esos otros señores que han sido condenados por la Justicia?

La pobre es ciega y tartamuda, pero cuando habla la oímos todos los que no nos hayamos muerto esperando escucharla. No hay que desanimarse. Nunca es tarde si la pena es buena. Cuando el Gobierno de la Comunidad de Madrid propuso «acabar con los privilegios de los políticos» presentando un plan para eliminar el aforamiento, limitar los mandatos e introducir listas abiertas, tuvimos que hacer un gran esfuerzo para contener la risa, sólo comparable al que hacen los adivinos cuando se encuentra el uno con el otro.

Pero las peticiones de condena de Rodrigo Rato y Blesa nos ha devuelto la confianza. Los ricos también lloran cuando los encierran y se ven alejados del dinero, aunque sea sólo por una temporada.

Que nadie se pregunte por qué se llevan lo que no es suyo los que lo tienen todo. La respuesta es muy sencilla: porque quieren más y más. La avaricia es hidrópica y curiosamente la sed de dinero aumenta con la edad. Por eso los caricaturistas la representan como un anciano contando monedas que no va a dar tiempo gastar.

Muchas cuentas pendientes quedan por liquidar en la España amenazada por el desguace. El Govern de Carles Puigdemont nos ha concedido un plazo de 18 meses para poner en claro las cuentas pendientes de un hilo.

También a las cometas infantiles les pasa lo mismo.

tracking