Diario de León
Publicado por
HOJAS DE CHOPO ALFONSO GARCÍA
León

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Hablaba así este periódico hace ya medio siglo: «El momento turístico de León comienza a adquirir grandes proporciones». Parece que las cosas han cambiado poco, sobre todo porque las bases que sustentan la fortaleza de una economía no dan señales de vida, más bien desaparecen las pocas existentes. El retrato industrial y demográfico de esta tierra añade cada día un nuevo enfoque que resulta, por elocuente, demoledor. La restauración y el turismo —los datos indican, por ejemplo, que en fechas tan poderosas como Semana Santa, ha habido una amortiguación del ritmo en la creación de empleo, además temporal—, que bienvenidos sean, tienen aquí sus limitaciones, además de generar poco valor añadido. Tiene que ser, a mi juicio, una actividad complementaria en torno a otras de mayor calado, como se ha propuesto en múltiples ocasiones, a pesar de los oídos sordos.

En el medio siglo que llevo inmerso en los avatares de esta ciudad he visto desfilar no sé cuántas ideas de capitalidad. «León, capital de tal», «León, capital de cual», «León, capital de lo de más allá», y parece seguir siendo «la bella desconocida», uno de los eslóganes iniciales con que se quiso vender la verdad de una tierra llena de atractivos. Ahora llega lo de Capital de la Gastronomía. Ni quito ni pongo rey. Para que no haya dudas, ¿dónde hay que firmar? Pero, además de poco identitaria, estamos a kilómetros de distancia de otras que llevan trazado ya un largo recorrido. Nuestro sello distintitivo, creo humildemente, tendría que ver con el Parlamentarismo, la Lengua, la Literatura... En torno a estas señas se pueden o se deben nuclear otros múltiples caminos que ofrecen una mirada poliédrica y, por tanto, enriquecedora, como se ha hecho en otros muchos lugares, en que, independientemente de las siglas que gobiernen, todos reman básicamente en la misma dirección. Entre nosotros ni siquiera las mismas siglas continúan o respetan ideas y proyectos en caso de haberlos. Se suprimen eslóganes, logotipos o posibles identidades, fiel reflejo de que en los últimos tiempos se ha gobernado a base de vengancitas, amiguismos e intereses grupales, pidiendo a veces el apoyo sin límites a ciertas propuestas con frecuencias descabelladas, simples ocurrencias que se han quedado en el camino después de la foto. Y, por supuesto, no van por ahí los tiros, a pesar de que no les guste a los que sostienen el pensamiento único. El proyecto común debe ser un aliciente y un aliento para todos.

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