Hoy canta Martín

En León, las tradiciones imponen todavía su presencia con un vigor extraordinario. Afortunadamente, añado, pues en la eterna pugna entre clásico y moderno, el exigente tribunal del pueblo ha dictado un veredicto definitivo. Hoy se celebra en el recuperado teatro San Francisco un concierto muy de andar por casa, dicho sea en el mejor de los sentidos, para gozo del público en general y satisfacción de los amantes de las emociones fuertes. Un collage sonoro programado a beneficio de Cáritas y cuyo organizador y gran protagonista es el tenor Manuel Martín Delgado, un hombre con mucho ring y reputación de buena persona, empujado desde siempre por una mística de superación personal. Vibrante de entusiasmo y energías positivas, trabajó y estudió canto en París y, a decir de los expertos, su voz dispara el escalofrío de lo sublime, aparte de provocar entre el público una tormenta perfecta de emociones. Así ocurrió en sus actuaciones anteriores en el Auditorio, plagadas de temas que se acunan en el vals de la memoria e hicieron saltar la banca entre los halagos y los superlativos.

Indudablemente, en esta vida vales por los logros que alcanzas, y no me cabe duda de que Martín Delgado es material de primera clase. Dotado de gran soltura escénica y porte de galán maduro, sus puestas en escena tienen algo de combate físico, por su tremenda exigencia y los detalles de virtuosismo que adornan cada una de sus intervenciones, sean peras o manzanas. Porque, esa es otra, el programa previsto para esta tarde es toda una declaración de intenciones que combina números de tanta prestancia elitista como el Ave María, El concierto de Aranjuez o la mítica Granada, con hits de raigambre popular como el Oh, sole mío o La tabernera del puerto, incluido en la zarzuela del mismo título. Por razones de afecto personal, pero también dado que hablamos de un acto a beneficio de las clases más desfavorecidas de nuestra sociedad, es de justicia acudir hoy al teatro San Francisco, ya que promete ser una velada espectacular y un gran regalo lírico para el público de paladar fino.