Diario de León

Silván, víctima del mar de fondo

Publicado por
EL CORRO PEDRO VICENTE
León

Creado:

Actualizado:

E l pulso librado por la presidencia del PP de Castilla y León se ha saldado con un resultado un tanto inesperado, ya que se presumía una contienda mucho mas igualada entre ambos aspirantes. Más allá de la conflictiva elaboración del censo de votantes —especialmente problemática en León, donde se llegó a emplear la palabra «pucherazo»— lo cierto es que el salmantino Fernández Mañueco se ha impuesto con mayor o menor amplitud en siete de las nueve provincias, en tanto que Silván sólo conseguía hacerlo en León y Palencia.

A priori, el alcalde de León era un candidato solvente y capacitado, avalado por una trayectoria de 15 años en la Junta (doce como consejero) y con un talante personal que le ha granjeado un aprecio general en toda la comunidad. Es difícil encontrar a un político con menos nivel de rechazo que Silván.Y a estas alturas el hecho de ser leonés no constituía ningún handicap en el resto de las provincias, como ha demostrado su excelente resultado en Valladolid, con cuyo alcalde socialista ha abierto una modélica línea de colaboración institucional. Dejando al margen a Salamanca, por obvias razones de paisanaje volcada con Mañueco, ¿cómo se explica que provincias como Zamora, Burgos, Ávila, Segovia o Soria hayan prestado tan escaso respaldo a Silván?

Para mí la clave radica en el fuerte mar de fondo que subyace desde hace tiempo en el PP de Castilla y León, fracturado en dos sectores divididos en torno a la absoluta concentración del poder político en la presidencia de la Junta. La forma de ejercer ese poder, sin apenas contar con el partido, ha venido generando un creciente malestar en buena parte de la estructura territorial del PP, con varios presidentes provinciales claramente desmarcados del Colegio de la Asunción.

Esa división se ha trasladado a estas primarias, en las que Mañueco ha encarnado al candidato afín a Génova y a ese sector molesto con Herrera, en tanto que Silván ha sido percibido como el candidato del actual presidente, idea a la que ha contribuido el apoyo expreso del vicepresidente y varios consejeros de la Junta. De forma, que en gran medida la elección ha derivado a optar entre partido o Junta.

Y en esa disyuntiva Mañueco ha llevado las de ganar, mientras Silván ha recibido en su trasero la patada propinada a la Junta por ese sector descontento, que alcanza incluso al PP burgalés. El resultado da paso a una bicefalia en la que Juan Vicente Herrera tendrá que cohabitar con un nuevo presidente del partido aupado gracias al amplio malestar de la militancia con el gobierno autonómico. Una delicada cohabitación, máxime habida cuenta de que ese proceloso mar de fondo, lejos de remitir, no ha hecho otra cosa que agitarse con ocasión de estas primarias.

tracking