EDITORIAL | Una oportunidad que no debe ser un problema

La finalización del Palacio de Exposiciones coloca a León en la encrucijada de encontrar cómo sacar rendimiento a una infraestructura por la que se apostó como motor de dinamización económica. Eran otros tiempos cuando se pusieron las bases, pero trece años después es el momento de buscar la viabilidad del primero de los grandes edificios, y por el momento el único, que conforman el complejo. La tiene, de acuerdo al estudio encargado por el Ayuntamiento a una consultora externa especializada, que incide en que se debe hacer un esfuerzo durante los tres primeros años, con apenas 230.000 euros de déficit anual, para a partir del cuarto ejercicio encontrar el equilibrio financiero y cosechar resultados. No se trata tan sólo de que sea rentable por sí mismo, puesto que la rentabilidad se debe medir también por la riqueza que genere en el entorno con la atracción de visitantes y el consumo asociado, sino de que además ayude a colocar a León en el escaparate.

La rentabilidad de la apuesta depende de que se alcance la excelencia en la gestión, como apuntan los redactores del informe, que insisten en que hay mucha competencia pero existe hueco si se buscan los nichos de negocio necesarios para diferenciarse del resto. León contará con una instalación de más de 10.000 metros cuadrados para organizar ferias, exposiciones, banquetes, conciertos y eventos; un espacio versátil y con muchas posibilidades, subrayan los expertos. No puede convertirse en un problema lo que debería ser una oportunidad.