Diario de León
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León

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Un desastre de ciudad

H e salido de casa para realizar unas gestiones que me eran necesarias y al pasar por la calle del Pozo he pisado unos de los cien mil adoquines que se mueven y están mal asentados en esta ciudad y la mierda que había debajo del mismo con el agua del riego a presión que se usa para, según dicen, limpiar las calles me ha llegado a la rodilla, dejando mis pantalones hechos un asco, de tal manera que he tenido que volver a mi casa a cambiarme y al salir encomendarme a todos los santos para que no me volviera a suceder.

Este ayuntamiento se ha dedicado a promocionar esta ciudad y a apostar por el turismo, pero no se ha preocupado en ningún momento de tener la ciudad en orden. La totalidad de las aceras y las zonas peatonales están en un estado lamentable. Las baldosas y los adoquines se mueven o están rotos y como se empeñan en someter a los suelos, todos los días, a una presión de agua que no es aceptable, las baldosas y adoquines terminan moviéndose porque el agua se lleva la arena y el cemento y cuando se pisa en ellos el agua con toda la mierda de la calle salpica a quien pisa y a los circundantes.

No hay mas que ver como están calles que no son del extrarradio o calles por las que no pasa nadie, como la calle Ancha, Varillas, Pozo, Cervantes, Sierra Pambley, la propia plaza de la Catedral y su entorno o la plaza Mayor que es el mejor ejemplo del desastre que suponen las sucesivas actuaciones municipales en esto de los pavimentos.

Se afirma por parte de responsables municipales que el sistema de limpieza con el agua, todos los días, es el mejor, lo que es muy discutible, pero eso solo se hace siempre en las mismas calles y en algunas zonas de la ciudad donde los desaprensivos y indeseables hacen sus necesidades menores y huele que apesta no aparecen los «aguadores» y pasar por allí es muy desagradable. Hay tramos de calles que no han visto el agua en semanas y se nota no solo en los olores de los orines, sino también en los excrementos que adornan las mismas procedentes de palomas y cigüeñas.

Todo esto no lo sufrimos solo los habitantes de la ciudad, sino también los turistas, que me imagino que se lo comentarán a todos sus amistades haciendo una publicidad de la ciudad nada interesante. Claro está que como la mayor parte del turismo que se potencia y se recibe y se apoya es el turismo de fin de semana, de despedidas de soltero, de borrachera,… a ese turismo el estado de las calles le da lo mismo, lo que le interesa es el vino y la caña barata con tapa gratis y que se les permita toda clase de actividades estrafalarias¡.

Que le vamos a hacer.

Y así nos va.

JUAN CARLOS PONGA MAYO. LEÓN

Mucho ruido y pocas nueces

D esconozco si es por el calor, o por encontrarnos en pleno periodo vacacional, pero tengo la misma sensación que tenían nuestros mayores cuando contaban que Franco televisaba fútbol y toros para desviar la atención de lo realmente importante. A esta conclusión he llegado tras ver a Ada Colau y a Cristina Cifuentes, recriminarse públicamente sus gestiones al mando de sus respectivas responsabilidades en Barcelona y Madrid. O cuando Baleares decide repentinamente que su mayor escollo de gestión autonómica radica en limitar las plazas turísticas a 623.000. O cuando grupúsculos radicales encuentran un filón propagandístico en la comisión de acciones ilegales contra intereses turísticos. O cuando se veta la participación de determinados grupos musicales en las fiestas de las grandes ciudades, por interpretar canciones que contienen supuestas letras machistas. Sin obviar la trascendente labor de la alcaldesa de Barcelona y la presidenta de la Comunidad, sin pasar por alto que la industria turística ha adquirido en nuestro país un volumen de transacciones tal que probablemente precise de algún tipo de regularización, y siendo harto evidente que la igualad de género y los valores fundamentales deben garantizarse en cada uno de nuestros quehaceres, parece más que evidente que no son estos los problemas acuciantes que preocupan a la mayor parte de los ciudadanos. De seguir así además de no resolver lo importante, terminaremos por no distinguir el grano de la paja política.

luis alberto rodríguez santo tomás de las ollas

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