cartas al director
El parque de bomberos de Astorga-La Bañeza y otras inversiones públicas
H ace unos días la Diputación resolvió rechazar todas las alegaciones sobre la ubicación de los parques de bomberos y va a instalar el bicomarcal de Astorga-La Bañeza en Celada (léase en Astorga) con el argumento de que en esa localidad la parcela es pública y con posibilidades de ampliación del parque. Supongo que el Ayuntamiento de Riego de la Vega, equidistante entre Astorga y La Bañeza, estaría encantado de proporcionar el suelo necesario, o, según Matías Llorente, la Junta Vecinal; por otra parte, ese pueblo cuenta con acceso a la autovía, lo que acortaría los tiempos de respuesta a los pueblos de la comarca bañezana, pero también, desde mi punto de vista, a algunos de la comarca maragata. Se argumenta a favor de Celada que sólo está a siete kilómetros de Riego; sí, pero que casualidad, eso siete kilómetros sitúan el parque al lado de Astorga y a dieciocho de La Bañeza.
Creo que una administración ha de ser justa, equilibrada y, en este asunto, equidistante; pero no solo «kilométricamente» hablando sino también respecto de sensibilidades. En este caso considero que la Diputación no ha sido, en absoluto, sensible a los bañezanos ni a su comarca. Sin duda Riego cumplía el objetivo, no así Celada.
Supongo que el Ayuntamiento de La Bañeza, como cabecera de comarca, ha presentado alegaciones y no se ha conformado únicamente con el pleno de disconformidad de hace varias semanas; parece que lo último es que ha tirado la toalla; una vez más Astorga gana por abandono. De nuevo la corporación municipal maragata ha sabido mover los hilos y consigue la instalación del parque a su lado. Dos ciudades similares, Astorga y La Bañeza y las inversiones públicas han sido incomparablemente mayores en Astorga que en La Bañeza en las últimas cuatro-cinco décadas. Ahí tenemos en Astorga un buen y moderno centro de especialidades y en La Bañeza un centro de salud «de andar por casa». Así, en Astorga un excelente polígono industrial público y en La Bañeza, en su defecto, uno privado. Y no hablemos de las cuantiosas inversiones efectuadas por todas las administraciones en la vía pública y en edificios más o menos históricos o en restos de su pasado (nada que objetar en este caso dada la historia bimilenaria de Astorga). Reconozco, no obstante, que La Bañeza cuenta con un pequeño pero coqueto aparcamiento público, contiguo al Ayuntamiento, de muros circundantes con estuco bellamente decorado, —je, je—, que Astorga no lo tiene tan bonito, y del que la empresa concesionaria de la ORA saca sus buenas «perras».
No puedo menos de citar en estas líneas el período vergonzoso de más de un año en el que La Bañeza estuvo sin estación de autobuses por cierre de la privada existente y ni la Junta de Castilla y León se planteó, ni el Ayuntamiento logró una pública (Astorga, por supuesto, sí cuenta con ella) y en ese período los bañezanos y comarcanos tuvieron que aguantar a la intemperie la espera del bus (o, pagando, en la cafetería próxima). Humillante. ¡Haber puesto al menos una carpa o una gran marquesina con asientos hombre!
Aunque las comparaciones dicen que son odiosas (depende para cual de las partes), habría que comparar también el cuartel de la Guardia Civil en La Bañeza, cutre y antiquísimo, de antes de la Guerra Civil (sí, sí), con el grande y digno de Astorga, o bien el hecho de que los bañezanos y comarcanos tengan que ir a pasar la ITV al centro permanente de Astorga. La Bañeza, eso sí, dispone de una edificio de Juzgados nuevo porque a un berciano, algo cargo del ministerio, le dio pena el que había. Habría aún más asuntos que comparar, pero para qué seguir relacionando agravios, pues estos no se deben sólo a la administración de rango superior que efectúa la inversión, sino también al ayuntamiento que la demanda y persiste en ello. ¡Pues que viva Astorga, no más!
ÁNGEL ALMANZA PÉREZ. LEÓN