Diario de León

TRIBUNA

La ganadería extensiva, los eurodiputados y los lobos

Publicado por
José Antonio Izquierdo ingeniero agrónomo
León

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D espués de cinco meses de reuniones de eurodiputados de distintos países, para estudiar la interacción del lobo con la ganadería extensiva, en Europa —con la aportación de informes y más informes, elaborados por supuestos especialistas, en el pastoreo de los rebaños de cabras y ovejas, de las vacadas y yeguadas—, después de sesudos trabajos, —que es de suponer costaron algunos euros, cantidad que, al menos, yo desconozco—, pero en cinco meses, supongo que fueron muchos más que los que cualquier pastor o vaquero cobra, no digo que no gane, pero no cobra, por su trabajo, no en cinco meses, ¡En cinco años!, el 15 de mayo de 2018, en la Eurocámara, los eurodiputados, reunidos y a la vista de los informes, con su leal saber y entender, llegaron a la estúpida conclusión: «La ganadería extensiva es incompatible con los lobos».

El día 19, en el programa radiofónico de la Cope Agropopular, me hubiera gustado poder intervenir, para preguntar a la eurodiputada, de cuyo nombre no me acuerdo, ¿cuánto nos ha costado semejante parida? Y a los políticos de la ‘autonosuya’ de Castilla y León, que también intervinieron, en el programa de la radio, si ¿alguna vez han estado al cuidado de un rebaño de ovejas, en un puerto de montaña, de León o de Palencia? Allí, desde siempre se han aprovechado los pastos de verano, (conseguidos con mucho esfuerzo, por nuestros antepasados y que ahora los ecologistas y la Administración están dispuestos a acabar con ellos), con ganado lanar, cabrío, vacuno y caballar. Al menos desde la Edad Media, que tenemos constancia, vienen siendo pastados, en gran proporción, por ganado trashumante y trasterminante, ganado al que no se recoge por la noche, ni en apriscos, ni en corrales, la pasan en la majada, al raso, durante varios meses.

En los puertos de montaña los pastores siempre han tenido como posibles convidados, no deseados, a los lobos, pero no por eso dejaron de subir sus rebaños y los lobos no eran, ni son, un peligro para las ovejas; todos los rebaños eran, y son, custodiados por la única policía eficaz, ¡los mastines!, para controlar a estos ladrones de ganado.

Es curioso que los ganaderos−pastores del norte del Duero, hayamos convivido con los lobos durante milenios y apenas hayamos tenido alguna baja en el rebaño y a los ganaderos, que al parecer no son pastores, de Ávila, Segovia, de otras ‘autonosuyas’ de España y de otros países europeos, donde se había extinguido a los lobos, ahora que han vuelto, los tienen acojonados y quieren exterminarlos, la razón es muy simple ¡Por que les comen las ovejas en el interior del cercado o del aprisco! No se consiguió exterminarlos ¡cuando el lobo era calificado de ‘alimaña’! y se premiaba su caza. En esta tierra de lobos, los pastores aplicamos la máxima : «El pastor que no quiere mantener mastines, tiene que mantener lobos» .

La pregunta que nos hacemos los pastores es: ¿En qué mundo viven los eurodiputados, sus asesores y por lo que se vio ese sábado, los políticos de Castilla y León? ¿Desconocen que la ganadería intensiva, con relación a la extensiva, que tiene milenios de duración, es de hace unas horas?

Los humanos domesticamos, ovejas, cabras, vacas y caballos, hace miles de años, y durante miles de años los pastores han tenido que pastorear los rebaños, compitiendo con lobos, leones, leopardos, guepardos y hienas, a veces cazándolos, cosa bastante difícil, pues son animales inteligentes y más astutos que, «Artur Más, el astuto», como llama don José Luis Corcuera, al expresidente de la Generalidad de Cataluña, en tanto que la explotación intensiva, para la producción de leche, comenzó en el siglo pasado, pero para carne actualmente se sigue, en todo el mundo con la ganadería extensiva de ovino, caprino, vacuno y caballar. La intensiva, además de ovino, caprino y vacuno de leche, con ganado estabulado tenemos, fundamentalmente las aves para producción de huevos y carne y los cerdos para producción de carne.

Si tuviéramos que mantener estabuladas las ovejas, cabras, vacas y yeguas para producir carne, la carne sería más cara que la langosta del Cantábrico y además no se utilizarían los numerosos recursos herbáceos, que solamente se pueden aprovechar a diente, por los animales herbívoros.

Si hubieran seleccionado los asesores entre verdaderos pastores, buenos conocedores de lobos y osos, para que diagnosticaran como proteger al ganado, sin exterminar a una especie depredadora, como es el caso del lobo y el oso, en menos que canta un gallo hubieran dado la solución ¡Protejamos el ganado con perros mastines! Indemnicemos a los pastores para abaratar el coste de la manutención de los mastines. ¿A cuántos mastines se alimentaría con lo que ha costado la juerga de cinco meses, de tan inútiles especialistas de lo absurdo? Además, a los mastines, no hay que calzarles, ni vestirles, ni cobran el sueldo de diputado.

Esta simple medida evitaría no sólo el daño a la ganadería extensiva, también a la agricultura, pues al no tener animales domésticos, tan fáciles de cazar, como son las ovejas y cabras, (sin la compañía de los mastines), que son las más fáciles de proteger por los perros, los lobos tendrían que cazar animales salvajes, auténticas plagas actualmente, como es el caso del jabalí, el corzo, e incluso el conejo, especies tan comunes y abundantes, que algunos ejemplares se pasean por los pueblos, cosa que no ocurre donde hay mastines, con el ganado.

Actualmente el lobo se siente tan protegido que se deja ver a pleno día, antaño eran difíciles de ver, incluso algunos pastores se jubilaron sin haber visto uno solo y no por no haberlos tenido cerca y saber que se habían acercado por la noche a la majada, pues los pastores sin verlos, ni olerlos, saben cuando han intentado acercarse al rebaño; es de sobra conocida la forma de comunicarse los mastines cuando uno de ellos detecta a los lobos.

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