Diario de León

TRIBUNA

No ganó Johnson, perdió Goldwater

Publicado por
José Antonio Izquierdo Primo INGENIERO AGRÓNOMO
León

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E ste domingo se celebraron elecciones autonómicas en Andalucía. El fracaso total del Frente Popular de Iglesias y Sánchez, escenificado en sendas patadas en los culos, ¿culas?, de Susana y Teresa, me recordó aquel dicho que se popularizó en el año 1964, con motivo de las elecciones en Estados Unidos, celebradas al poco tiempo del asesinato del presidente Kennedy.

A esas elecciones se presentaron como candidatos, el presidente en funciones, vicepresidente con Kennedy, Johnson, por el partido demócrata y Goldwater, por el partido republicano; los electores se decantaron por el partido demócrata y según los analistas de los resultados, la interpretación de los mismos fue la siguiente: «No ganó Johnson, perdió Goldwater».

Los resultados de este domingo en las elecciones andaluzas podemos interpretarlos, parodiando la frase anterior, de forma análoga, pero al revés: «perdió el Frente Popular, ganaron los andaluces»; los podemitas dirían «los andaluzos y andaluzas».

A mÍ me gustaría que la frase con la que se recordara estos resultados fuera: «Perdió el Frente Popular, ganó la derecha inteligente».

De poco les servirá a los andaluces, y de manera colateral al resto de los españoles, si después de este mandato de los votantes, alguno de tres líderes de los tres partidos elegidos para gobernar Andalucía, carecen de la inteligencia de la que han hecho gala sus votantes.

Los tres son nuevos en cuanto a responsabilidades de gobierno, a ninguno de los tres se les puede calificar de mentiroso ni de corrupto.

Los votantes españoles estamos hartos de políticos mentirosos y de individuos que van a la política para enriquecerse, no para servir a una causa que consideran justa, aunque puedan estar equivocados; los votantes no perdonaremos a políticos mentirosos, ni a aquellos, que por mantenerse en el poder, miren para otro lado en los casos de corrupción, o separatismo, pues les aplicamos el refrán que aplicado a la matanza del cerdo, dice : «Tanto mata el que mata, como el que tira de la pata».

Los líderes nacionales de los tres partidos, que serán los que, en leguaje popular, «partirán el bacalao», se tendrán que retratar, permitiendo un gobierno de cambio en Andalucía, bien por el PP, el partido más votado, bien en coalición de los dos con más escaños, PP y Cs , e incluso de los tres.

Los que en el resto de España estaremos convocados a las urnas, si el Frente Popular, no las impide, ¡no será por falta de ganas!, esteremos atentos, para comprobar si están más al servicio de los administrados, lo que entraña una gran responsabilidad, que a su «ego» y son capaces de llegar a un acuerdo en beneficio de los andaluces, antes que a disfrutar de unos sillones.

El no acuerdo en Andalucía, pudiera ser un suicidio político para el partido responsable, de ese fracaso, ¡en toda España!

La postura de Ciudadanos, en cuanto a regeneración democrática, es ya conocida.

Pablo Casado, en la campaña a las elecciones en Andalucía ha prometido devolver determinadas competencias, de las autonomías al Gobierno central. Creo que con esta propuesta estamos de acuerdo la mayoría de los españoles, no sólo el 51%, posiblemente más del 70%, si además propusiera eliminarlas, y si de alguna forma el líder del PP, nos diera seguridad a los votantes, de que es un político que no miente, hasta ahora todos han mentido, que su palabra vale tanto como un acta notarial, me atrevería a pronosticar, que con seguridad, sería el próximo presidente del Gobierno.

Las autonomías podían tener sentido, cuando no existían, pues cualquier gestión, de los ciudadanos, con el Gobierno central requería un viaje, prácticamente imposible de hacerlo en el día, había que perder un par de días, con los gastos que eso suponía; ahora la gestión se puede hacer en décimas de segundo, sin moverse de la mesa del ordenador.

La disculpa de que con las autonomías, la Administración está más cerca del administrado es una auténtica falacia, el único fin de las autonomías es colocar a un sin fin de arribistas políticos inútiles, que sólo saben y pueden vivir del esfuerzo de los demás, pues no saben, ni quieren trabajar. ¡Sobran, no sólo, todas las autonomías, sobran el 90% de los políticos! Tenemos más políticos, que toda la Unión Europea.

Si la palabra de político fuera como la de un tratante de ganado, como los de una antigua feria, de las que han desaparecido, arrasaría en las próximas elecciones. Sr. Casado: ¿Su palabra es ley?, o un brindis al sol, demuestre que es ley.

En cuanto a Vox, el Sr. Abascal se atreve a decir las cosas sin pensar si son, o no, políticamente correctas, con lo que estamos de acuerdo una gran mayoría de españoles; al señor Iglesias le salen llagas en la boca si pronuncia la palabra «España» y disfruta cuando pegan a un policía; al señor Abascal no sólo no le salen llagas en la boca, ni disfruta cuando pegan a un policía, es el gran defensor de la «Nación Española» y de las Fuerzas de Seguridad.

No conozco el ideario de Vox, partido al que se ha calificado de «extrema derecha», pero por lo poco que he podido escuchar, por boca de sus líderes, no se trata de un partido antisistema, que proponga cambiar el sistema democrático por una dictadura, como si propone Podemos. Lo dicen sus líderes. Pablo Iglesias no se corta al decir que quiere instalar una dictadura comunista.

¿Se atreverá algún partido a proponer un referéndum para ver si los españoles queremos un Estado con Autonomías?, más bien ¡autonosuyas!

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