Diario de León
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os políticos, del siglo XXl, y sobre todo los votantes de los países, supuestamente, democráticos, ¿Saben de donde procede, lo que en términos políticos, se denomina: derecha e izquierda?, que nada tiene que ver con ser, o no, progresista.

El origen de los términos: derecha e izquierda, hay que buscarle en la Francia gobernada por Luis XVl, que ante la difícil situación económica de Francia, con una crisis financiera, falta de alimentos y un sistema impositivo principalmente sostenido por la burguesía, llevaron a Luis XVI a intentar una reforma fiscal.

A pesar de la oposición de la nobleza, a una reforma fiscal que pudiera acabar con sus privilegios, el rey convoca los Estados Generales de 1789, a una asamblea excepcional, que reunía a miembros del clero, la nobleza y la burguesía. Esta decisión es una copia de las Cortes de León de 1188 que se celebraron durante la primavera del mismo año, 1188, al principio del reinado de Alfonso IX de León, por lo tanto el parlamentarismo en Francia, comenzó 700 años más tarde que en España. En esta asamblea general francesa, se debatiría sobre los poderes del rey Luis XVl, y consecuentemente, los del clero y la nobleza; para su celebración se decidió que los que estaban a favor de que el rey, siguiera con sus prerrogativas, se sentaran a la derecha del presidente de la asamblea y los que se oponían se sentaran a la izquierda del presidente. Parece más que evidente que en aquella asamblea no estaban representados, ni socialistas, ni comunistas, pues éstos términos ni se conocían; se trataba de monárquicos y de liberales, es evidente que los progresistas del siglo XVlll, no eran, ni socialistas, ni comunistas, eran trabajadores liberales a los que hoy se califican de derechas, pero que son los que, como siempre, han traído y traen el progreso, en todos los países, tanto en libertades, como en bienestar, y en su acepción más amplia, son los trabajadores autónomos y sus empleados, que trabajan con su jefe, codo con codo, todos los días, para sacar adelante a sus familias y pagar impuestos, para que los gobiernos garanticen los servicios comunes, pero no para mantener chiringuitos de vagos, ocupas, alborotadores y esa especie de hooligans, que siempre aparecen en las manifestaciones de socialistas y comunistas, como en las recientes del orgullo y que como no tienen otro oficio, alguien los tiene que financiar.¿De que viven?, ¿quién los financia?.

Es evidente que si uno de los términos, derecha o izquierda, representara el progreso de la sociedad, ese sería el que ahora se califica como derecha y los progresistas serían los partidos Ciudadanos, PP, Vox y yo añadiría a Unión, Progreso y Democracia (cuyas palabras encierran lo mejor a lo que se puede aspirar, pero que los votantes han rechazado), y los no progresistas: PSOE y Podemos, partidos que, en los gobiernos, fracasan siempre como gestores del progreso alcanzado y del bienestar de los ciudadanos, precisamente retrocediendo en progreso y bienestar.

Si de recordar la historia se trata, es evidente que la Revolución Francesa, con su lema, «Libertad, igualdad, fraternidad», marca el inicio del progreso económico.

En el siglo XlX, aparece el concepto de socialismo, considerado como socialismo utópico, frente al socialismo científico, llamado así al más tardío, derivado de las doctrinas de Karl Marx y Friedrich Engels, doctrinas que de científicas no tienen nada, como lo demuestra el fracaso de los gobiernos comunistas, (que las han aplicado), en cuanto a conseguir libertades y bienestar de los gobernados, pues en todos los experimentos, ¿científicos?, en lugar de libertad y bienestar, han traído, tiranía, hambre y miseria a los ciudadanos de esos países.

El comunismo es una torticera interpretación del pensamiento ¿filosófico?, ¿científico?, de Carlos Marx, plasmado en su obra , obra que con total seguridad no ha leído ni el 1% de los votantes a los partidos comunistas y muchos menos los que la han interpretado correctamente, pues ni Marx era marxista, en el sentido actual del marxismo.

Los comunistas están, a parte de indocumentados, instalados en el leninismo, impuesto por Lenin, ideología que ha fracasado como forma de gobierno, pues Lenin se movió, solamente, por su odio al zar y a lo que la monarquía representaba en todo el mundo, para nada le preocupaba la situación de los campesinos y demás trabajadores, fueran rusos o de otro país, como lo prueba el pésimo resultado del experimento con la erradicación de la propiedad privada; al parecer no sabía, o lo que es peor, le importaba un pito saberlo, que el ser humano es (salvo algunas órdenes religiosas, a las que él odiaba y sus seguidores odian, tanto o más, que al zar y demás monarcas) un ser egoísta, individualista, muy poco colectivista y muy poco solidario. Tanto socialistas, como comunistas desconocen que además de capitalistas, y obreros, tenemos empresarios y trabajadores, no es lo mismo obrero que trabajador, trabajadores somos, o hemos sido, la mayoría de los ciudadanos; un trabajador, por definición, no es vago, pero un obrero, un empresario o un capitalista sí puede ser vago, los obreros vagos desmoralizan a los compañeros, obreros que si son trabajadores, los empresarios vagos fracasan.

La diferencia entre un capitalista y un empresario está en que los capitalistas invierten su dinero en sociedades, que pueden, o no, cotizar en bolsa, no conocen a los trabajadores que trabajan para que ellos tengan dividendos, que es lo único que les mueve a invertir; son capitalistas todos los que colocan sus ahorros en estas sociedades, en tanto que el empresario trabaja en su empresa, precisamente para sacarla adelante, obtener beneficios y si es posible aumentarla, creando puestos de trabajo y bienestar a las familias de sus trabajadores. Un trabajador no debe dar su voto a políticos que no van a administrar bien sus impuestos, los impuestos no están para que roben los políticos corruptos, ocupas, perro flautas, hooligans-revolucionarios, vagos, algunas oenegés, etcétera.

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