TRIBUNA | ¡Sinvergüenzas!

¿Qué le parece a usted lo que tenemos que pensar y decir de esos señores que tomaron Andalucía por su cortijo particular, ellos, que en tantas ocasiones hablaban del cortijo privado que Franco hacía de España? Qué cierto es que todo es relativo hasta que te toca. Los señores citados, los que son cabeza de ese desastre, a los que se les conoce la cara son Chaves y Griñán. Sin contar a los adláteres que siempre están rodeando a su protector como ocurre con los que les gusta el mundo del toro con sus matadores. El objetivo es el mismo. A ver que «cae». Porque está claro que siempre cae algo.  

El señor Chaves, no sé ni como no le da vergüenza de estar en los estrados, en las oficinas de juzgados, paseando por Sevilla, almorzando en un restaurante como si todo eso fuera suyo. Lo que digo, joder con la actitud. Es como si estuviese solicitando el comentario; gracias señor por lo que vd. hace por nuestra tierra, comenzando por su hija la que puso usted en casa concediéndole una donación de varios millones de euros. He dicho millones, no minucias. Ya se que esos millones han sido devueltos. Faltaría mas. Muy mal se debía haber hecho cuando ha tenido que devolverse y aquí no ha protestado ni el tato. Pero, ¿a usted, Chaves, no se le caía la cara de vergüenza, hombre? ¿Y usted perteneció al famoso clan de la tortilla? Mucha foto en aquel entonces pero poca tortilla ya desde aquel entonces. Qué jeta, amigo. Y usted a eso lo llama socialismo. Da usted pena. Ha tenido usted la suerte de haber nacido en un país como España que para unas cosas es muy extremista y poco transigente y para otras como el escarnio que vd. ha hecho perjudicando a las gentes pobres e incultas que vd. y su banda les engañaban como si fueran niños, para esas cosas España traga lo que no está en los escritos.  

Su actuación en ese famosísimo caso de los EREs, no se concibe en otro país de los llamados democracias, porque lo son, más serios que nosotros. Y además usted entra y sale de los juzgados y de las instituciones como si perdonara la vida a los que se cruzan con usted. Despierte de una vez hombre. Para usted, estupendo, pero para los miles o millones de personas que gracias a usted y sus secuaces han tenido que sufrir todo eso, para ellos ¿qué decimos? ¿No se le cae la cara de vergüenza? Pues debería. Y que decir de esa pobre inculta y sumisa Susana Díaz que, jamás se vio en otra sustituyendo a su compañero de fatigas el tal Griñán, vaya tela con el tío. Y llegando a ser Presidenta de la Junta de Andalucía. Nada más y nada menos. Todo esto sin apenas saber hablar, siempre dicho con el máximo de los respetos cualidad ésta, desconocida por nuestra amiga. Y después aparecen en escena verdaderos individuos que si se presentan a un casting para seleccionar gentes con aspecto de mafiosos, se llevan todo el reparto. Que belleza la de Zarrias y que planta tiene el gachó. Qué sencillez la del ex director general de Trabajo de la Junta con su forma de presumir de consumir drogas y putas, aquí vale todo. Y qué forma rastrera e injusta de sustituir a la juez Alaya, poco habladora pero muy trabajadora. Pero eso no convenía. Fue sustituida por otra juez, más socialista que Pablo Iglesias el fundador, no el coletas, y eso, aunque sí convenía pues llegó al puerto que llegó. Y todavía se nos llena la boca de decir que somos un país serio y trabajador. Habrá, hay, sin duda gente que trabaja bien en muchos ámbitos de la vida. Seguro. Pero también es seguro que es difícil, en ocasiones, esta es una de ellas, encontrar seres, individuos, más torpes, mediocres y tramposos como los que han salido a la luz pública con ese desgraciado caso de los EREs.  

Corría un dicho, creo que en los 90 pero seguramente venía de mucho antes y que decía más o menos «tu ponme donde haya que de coger ya me encargo yo». Ahí lo dejo. Más claro, agua.  

Y otro apunte que sirve de aviso a navegantes. El tema de los EREs tan microscópicamente seguido por la sociedad, ya ha salido a la luz pública pero como ha dicho más de un sociólogo, la gente, el ciudadano, la sociedad puede ser muchas cosas pero gilipollas, no. La gente ya sabe quien ha estado involucrado en todo ese episodio y la gente ha escuchado la esperada sentencia pero la gente sabe en su interior que ese juicio ha sido otra pantomima. No paso lo que dicen que pasó y no pasó de la forma que dicen que pasó. Y eso lo sabe la sociedad. El prestigio, de existir, de esos caraduras se ha caído por tierra y ya nada será igual cuando se hable de esos temas. Pero, ¿esa es la forma de arreglarlo?¿La gente se queda conforme y ya vale?  

Sabemos que no. ¿Qué hacemos con los verdaderamente afectados, aquellos a los que iba destinado en forma de cursos, de aprendizajes, de hacer trabajos honestos para levantar una Comunidad tan creativa como la Andaluza? ¿Qué les decimos, a esos, que ha habido una panda de sinvergüenzas que se lo han llevado y que se reían de todos? Eso sí ¿en nombre de socialismo? ¿De ese socialismo que según el que sigue en funciones proclama que vamos a tener un gobierno progresista?  

Ni me atrevo ni quiero decírselo. A mi me gusta la verdad. Tengo vergüenza.