Diario de León

La mirada hacia abajo de Sánchez e Iglesias

Publicado por
José María Prieto Sierra, escritor
León

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No lo he visto en ningún lugar del mundo. Por ahí fuera, los parlamentarios, del signo que sean, están atentos y con actitud de oyentes, cuando un orador está en el uso de la palabra, sea del signo político que sea. Aquí, como no, somos diferentes. Cuando en la tribuna están los líderes del PP o de Vox, no falla. El presidente y el vice, Sánchez e Iglesias, optan por dirigir la mirada hacia abajo, se conoce que en busca de gamusinos. ¿Qué les ocurre a estos pobres políticos? Cuando no les bailan el agua o sea cuando se les critica, ¿no quieren saber nada del parlamentario que tiene la palabra? ¿Pero éstos no eran progres? ¿Y esa actitud es progre? Cada día se aprenden cosas nuevas.

Parece que están impermeabilizados; les cae encima uno o varios chaparrones de la oposición y ellos como si nada, ya digo, mirando hacia abajo. Una vergüenza y un acto, político o no, de mala educación. Pero así estamos.

La última comparecencia, donde los distintos grupos debían definirse sobre la aprobación o no del estado de alarma fue un espectáculo. Tanto Casado como Abascal pusieron las cartas sobre la mesa, qué distintas y qué directas las preguntas al presidente, comparadas con la pantomima de rueda de prensa diaria con un par de ministros para dar explicaciones sobre la marcha del coronavirus. Tanto Casado como Abascal, digo, arrinconaron al presidente presentando lo mal que se estaba llevando la gestión de este proceso de financiamiento. Y todo ello con pruebas reales que demostraban la pésima gestión de ese gobierno que, solo acierta cuando rectifica. Eso es así y así pasara a la historia de nuestro país, de España.

Cuando no les bailan el agua o sea cuando se les critica, ¿no quieren saber nada del parlamentario que tiene la palabra? ¿Y esa actitud es progre?

Sin embargo cuando es el presidente, haciendo valer su poder, el que decide asomarse a la pequeña pantalla para “aconsejarnos” sobre nuestro comportamiento ante el coronavirus, entonces reclama para él esa atención que sistemáticamente niega al adversario cuando se dirige a él. O sea lo de siempre.

Me río yo de los del Apolo XIII cuando decían que tenían un problema. Tenemos nosotros problemas para dar y tomar. Bien es cierto que nosotros estamos rodeados de premios Nobel en nuestro Gobierno y se solucionan esos problemas nada más nacer. Por eso nos va como nos va.

Da mucha envidia conocer y constatar cómo están solucionando el problema mundial del Covid-19 los gobiernos de los países cercanos y no tan cercanos al nuestro. Resalta enseguida la calidad de gestión de los respectivos gobiernos. Pero lamentablemente tenemos que quedarnos solamente con conocer esos ejemplos. De ahí a hacer nosotros algo similar va un mundo.

La opinión pública en general está pensando y en algunos casos, expresando que todo este episodio y su gestión debe pasarle factura a este gobierno que cuando se pone en marcha para arreglar algo, generalmente lo estropea con el agravante que nunca es capaz de reconocer el error. Ese, es siempre de los de enfrente.

Está Europa empezando a preocuparse en serio de la actuación del Gobierno español. Y eso, es muy grave. No va a terminar este año sin que la Comunidad Europea nos lea la cartilla y nos castigue seriamente por cómo estamos haciendo lo que hacemos. Y aunque nuestro Gobierno, nos mienta, que nos mentirá, no van a tener más remedio que acatar lo que diga Europa, o sea, pagar esa factura que anuncian los ciudadanos españoles.

Y eso pasa entre otras cosas, porque cuando la oposición les recomienda en el Parlamento, las acciones correctas para que la solución a los problemas llegue cuanto antes, ellos, como si fueran niños enfadados en la escuela, miran siempre hacia abajo.

No es ese el camino.

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