Diario de León

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Llevamos unas semanas que parece que las ha cargado el diablo. Madrid para arriba, Madrid para abajo. Y vuelta con Madrid. Ya tenemos el cuerpo y la mente hechos, tan acostumbrados a situaciones de este tipo, que apenas nos llama la atención. Y no debería ser sí. Madrid es algo muy importante como capital y como Comunidad.

La cosa tiene tela. Es criticada la presidenta de la Comunidad, por las decisiones, por ella tomadas, con relación a la gestión del covid-19. Las cifras se mostraban peligrosas y, al final, conforme pasa el tiempo, vemos que la razón se sitúa sin ninguna duda en lo que ha hecho la presidenta Ayuso. Cosas de la vida. Hasta los franceses, poco amigos de regalarnos ningún buen comentario, han reconocido a la presidenta de Madrid, como la nueva y moderna derecha de España. La contrapartida política es que Dr. Fraude, no acepta este fracaso y no sabe qué hacer para que parezca menos. De todas formas, ese partido, Sánchez lo tiene perdido frente a Ayuso.

¿Y por qué ese encocoramiento de Sánchez y su Gobierno con la presidenta? Pues todo el mundo sabe porqué pero nadie dice porqué. Cosas de la política.

Ahora mismo, mentar a la presidenta Ayuso en Moncloa es mentar a la bicha.

El caso es que con esas idas y venidas, no paramos. La experiencia de vivir el covid-19 en nuestro país ha sido y es, algo difícil de explicar y más difícil de convivir con ella. Pero no tenemos más remedio. El ciudadano está más que cansado de esta situación que ya convive con todos desde hace nueve meses, y que, poco a poco, se va intuyendo el final, gracias a la proliferación de vacunas, que no teníamos nada y de repente, las vacunas crecen como setas. Ojalá sean todas válidas, que no está nada seguro.

Y, ahora que tan de moda están los debates,¿por qué no se habla sobre la conveniencia de llevar a cabo una estrategia única para todas las comunidades autónomas? ¿Qué nos mueve a que cada una de ellas haga «lo suyo» de acuerdo con sus normas? Sigo defendiendo que, como ciudadanos que deben observar ciertas normas, en ciertos momentos, pues mire usted, somos muy raritos. Pero se confirma que el presidente Sánchez tiene verdadero miedo a dictar desde Moncloa unas normas que sirvan para todos y, como diría él, todas. ¡Qué ridiculez, Dios mío!

El caso de Madrid y de como está gestionando la pandemia, hay que reconocer que es ensalzado y reconocido por todos menos por los que usted sabe. Esos no dan el brazo a torcer.

Hasta los franceses, poco amigos de regalarnos ningún buen comentario, han reconocido a la presidenta de Madrid, como la nueva y moderna derecha de España

Madrid, es mucho Madrid y si somos realistas debemos aceptar que la capital, siempre va marcando las pautas de los acontecimientos de nuestro país. Como ocurre, en París, Londres, Nueva York o Tokio. Las ciudades grandes e importantes se deben a sus respectivos países y son abanderadas de las estrategias que ponen en marcha. ¿Tan difícil es aceptar eso? Seguimos siendo raritos. De modo que volvamos a Madrid. Este viaje por el desierto que inició la presidenta Ayuso, enfrentándose al poder central, ha supuesto un tremendo esfuerzo pero ha ganado definitivamente la confianza de los madrileños que se sienten orgullosos de haber estado casi desahuciados y ahora pueden presumir de la eficacia de su estrategia para doblegar los resultados, malos resultados, del covid-19 hasta este momento. Vamos a decirlo con otras palabras; vaya batacazo se ha llevado el Gobierno que, quería imponer algo y le ha salido el tiro por la culata. Pero ni por esas aprenderán.

Sirva esta experiencia para reconocer que la razón no la tiene el poder por el hecho de ser poder. Cuando un equipo hace las cosas bien, los resultados siempre llegan. Y esa debe ser una obsesión para hacer bien las cosas.

Estamos viviendo algo que no va a terminar tan pronto como quisiéramos, pero insisto en decir que el camino correcto es hacer bien los deberes. Y quiero terminar recordando que esta situación la está viviendo todo nuestro país con distintas intensidades pero que lo que les he contado bien pudiera aplicarse a cualquier Autonomía que esté inmersa en gestionar bien su pandemia particular, pero, en esta ocasión permítanme que les diga que, ahora, pongamos que hablo de Madrid.

Que tengan ustedes Felices Fiestas y un año nuevo muchísimo mejor que este. Lo merecen

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