Diario de León
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ICEN quienes dicen que saben que han detectado alguna variación de matiz en la posición del Gobierno español respecto de los planes de Bush de atacar Irak. La pasada semana fue patente la contención verbal de Aznar, en la conferencia de prensa conjunta con Jatamí, a la hora de referirse a esta guerra. ¿Deferencia hacia su invitado? No del todo: aseguran viajeros a La Moncloa que allí han detectado que un desastre desencadenado por Bush, y apoyado sin reservas por su socio español, podría acabar costando las próximas elecciones al PP. Para un ministro del equipo de Aznar, los efectos económicos de una guerra contra Irak «ya están descontados». Como Bush lleva meses anunciando este ataque -«inevitable» para el miembro del Gobierno que fue interlocutor de quien esto suscribe-, los mercados han reaccionado, están preparados para otro alza en el precio del barril de petróleo. Luego está lo de Israel. El nuevo giro hacia la derecha más extrema del gabinete de Sharon asusta, pura y simplemente, en las cancillerías occidentales, y también, incluso, en Washington. Y, por supuesto, en Madrid. En Exteriores admiten que los teléfonos rojos, de primer ministro a primer ministro, están funcionando estos días a tope. Algún día conoceremos, quizá, con quién ha hablado Aznar en las últimas horas. Porque, claro, una tercera fase en la preocupación de la diplomacia española se sitúa en la marcha de la construcción de la nueva Europa. Aznar sugirió al Parlamento que no habrá recortes en las ayudas de la UE a España. Pero ello no es del todo así: habrá, dicen en la Comisión Europea, recortes tan pronto como en 2007. Y lo peor es que el CIS, dicen, detecta una creciente desilusión de los españoles (y de otros europeos) hacia una Europa que ahora se prolonga en otros diez países de forma un tanto precipitada. Todo esto es lo que va a explicar Ana Palacio en los días que vienen. Y es posible que también el propio Aznar se lance a la palestra, entre otras cosas porque sabe que tiene que recuperar protagonismo frente a un Rodríguez Zapatero que, sin ofrecer grandes titulares periodísticos, avanza terreno. Por ello no va a ser solamente la titular de exteriores, que cuenta con grandes dosis de simpatía entre los españoles, siempre según algunos sondeos conocidos o filtrados, la que se lance estos días a explicar puntos más o menos polémicos en la gestión del Ejecutivo: por ejemplo, también Zaplana, Rajoy y hasta Arias Cañete rinden cuentas, en esta semana dominada por las explicaciones presupuestarias sector a sector, ante los periodistas, para hablar de temas específicos como el PER.

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